De Pascuas a Ramos
Media docena de familias trabaja en Elche para distribuir cada Semana Santa 350.000 unidades de palmas
Apenas media docena de familias mantiene viva en Elche una tradición que se remonta varios siglos atrás: la labor artesanal de la palma blanca para el Domingo de Ramos. El único centro productor en Europa de este característico elemento que anuncia el inicio de la Semana Santa nutre de palmas, en sus variedades lisa y rizada, a las principales ciudades españolas y a algunas capitales extranjeras. La producción de palma de Elche en estas fechas se sitúa en torno a las 350.000 unidades.
La mitad de esta cantidad se vende lisa, tal y como sale de la palmera una vez cortada, mientras que la restante se trabaja para elaborar las palmas rizadas con figuras y adornos alusivos al Domingo de Ramos.Las primeras noticias sobre esta producción artesanal se remontan al siglo XV cuando un hortelano ilicitano viajó hasta Valencia para vender sus palmas. La tradición se ha ido transmitiendo desde entonces de generación en generación.
Los Carbonell son una de las pocas familias que aún trabaja la palma. Llevan varias generaciones dedicándose a ello, y la madre, Asunción, a sus 62 años, continúa trenzando con la misma habilidad de cuando era joven. Las palmas que esta familia trabaja y comercializa proceden tanto del huerto familiar como de otras palmeras que alquilan. Este año, han colocado en el mercado unas 10.000 palmas y ya están preparando otras palmeras para la próxima temporada.
El ciclo de la palmera se inicia por estas fechas. Primero se atan las palmas en sentido vertical para evitar que la luz penetre en el interior, al objeto de que las palmas que van creciendo adquieran el color blanco amarillento, ya que no realizan la función clorofílica. En julio se completa la operación tapando las puntas y a finales de año comienzan a cortarse las palmas. Cada palmera suele producir entre 10 y 12 palmas con tamaños que van desde los tres metros y medio hasta las más pequeñas de pocos centímetros que se utilizan en la fabricación de sombreros.
Desde el momento en que se comienza a obtener la palma cortada, se inician los trabajos artesanos. A partir de bocetos o ideas que cada familia desarrolla se van entrelazando las palmas y formando todo tipo de figuras y de imágenes alusivas a aspectos religiosos y otros relacionados con la vida de Elche. A estos conjuntos se les añade luego una gama depequeños adornos que completan la obra.
Las palmas rizadas pueden alcanzar hasta las 10.000 pesetas en el mercado, aunque el precio medio se sitúa entre las 800 y las 2.000 pesetas. "No nos compensa económicamente, porque se invierten muchas horas de trabajo", señala Martín Carbonell.
Francisco Serrano, 50 años, miembro de las familias tradicionales en el cultivo de la palma y que desde los 12 años está trabajando las palmeras no ve muy optimista el futuro. "Los jóvenes no se sienten atraídos por este oficio, a pesar de que ahora se pagan buenos jornales". Otra tradición que se mantiene en estas fechas es el envío por el Ayuntamiento de espectaculares palmas rizadas a relevantes personalidades.
Este año la familia Serrano ha elaborado palmas para los Reyes de España y de Bélgica y para el Papa, entre otros. "Trabajamos", comenta Francisco Carbonell, "con la ilusión de que nuestras palmas se vean el Domingo de Ramos. Esto es como las Fallas: cuando acaba la fiesta ya no queda nada del trabajo de un año". Entonces estarán en Pascuas y habrán de trabajar de nuevo hasta Ramos.
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