Un 61% de los franceses aprueba la decisión de Mitterrand de presentarse a la reelección

El anuncio de la candidatura de François Mitterrand a un segundo mandato presidencial ha sido bien acogido por los franceses, según una encuesta publicada ayer por el diario Le Monde y realizada el mismo miércoles, justo después de su polémica intervención televisiva, en la que se presentó como garante de la unidad de los franceses frente al sectarismo y a los peligros de perturbar la paz civil. Aunque una mayoría de sus conciudadanos (47% contra 40%) no se muestra convencida de las premoniciones fatales realizadas por el presidente, el 61% aprobó su decisión y un 53% consideró que su intervención en televisión era globalmente convincente.A la eficacia comunicativa de Mitterrand deben añadirse los efectos políticos que está desencadenando su candidatura. Los duros propósitos del presidente respecto a los neogaullistas han reforzado las convicciones del electorado de izquierda y han sembrado la división en la derecha.

El candidato de la UDF (Unión para la Democracia Francesa), Raymond Barre, ha declarado que suscribe el análisis de Mitterrand sobre los intentos de asalto del Estado por bandas y facciones. "Pero estaría todavía más de acuerdo con Mitterrand si hubiera demostrado ser el garante del Estado imparcial desde el día en que entró en el Elíseo", aseguró. Si Mitterrand designé a Jacques Chirac como su auténtico enemigo y rival para la segunda vuelta, Raymond Barre ha designado a Mitterrand como su único competidor a la hora de presentarse como unificador de los franceses.

La derecha se ha dividido también respecto a las intenciones para el día después. Mientras el RPR (Asamblea para la República) asegura que censurará los Gobiernos que puedan surgir de una elección de Mitterrand hasta forzar la convocatoria de elecciones anticipadas, Barre, por su parte, se limita a decir que solo censurará un Gobierno de este tipo si propone más nacionalizaciones o una política desenfadada, pero que lo dejará vivir en caso contrario.

Las posibilidades de que Mitterrand lance una ofensiva de atracción hacia el centro del espectro político han empezado, pues, a reblandecer a los propios interesados.

La propaganda electoral de Mitterrand, en la que no se menciona al Partido Socialista, gira alrededor de una sencilla expresión, "La France unida" (Francia unida), con el rostro del presidente a la izquierda y un fondo azul, que más tarde se convertirá en los tres colores de la bandera francesa. El candidato comunista, André Lajoinie, ha denunciado el discurso del presidente calificándolo de "estruendoso", y ha añadido que, en esconde "un proyecto de alianza con la derecha".

Primeras bofetadas

La primera aparición de Mitterrand en público, después del anuncio, produjo el jueves las primeras bofetadas, en el Salón del Estudiante que se celebra en París. Jóvenes chiraquistas y del sindicato de extrema derecha UNI (Unión Nacional Interuniversitaria), encabezados por un diputado del RPR, abuchearon al nuevo candidato a la presidencia y llegaron a entonar "¡Muerte a Mitterrand!".El presidente, apenas preservado de los empujones por el servicio de orden, se felicitó de que la campaña hubiera por fin empezado, aliviado por tanta espera, y dijo: "Son más jóvenes que yo, pero yo soy más resistente que ellos".