El relevo en el PSOE andaluz da paso a la separación entre poder autonómico y partido
La sustitución en la secretaría general del PSOE de Andalucía de José Rodríguez de la Borbolla por el diputado Carlos Sanjuán, en el congreso del partido que comienza hoy en Sevilla, marca el comienzo de un proceso tendente a separar los poderes de los Gobiernos autónomos de los del partido. "Este desdoblamiento está en línea con la ponencia política aprobada en el 31º congreso y con las manifestaciones de Felipe González alertando sobre el peligro de la patrimonialización del poder", dijeron fuentes de la dirección federal.
Rodríguez de la Borbolla acude al congreso en franca minoría, y según las previsiones quedará fuera de la dirección, mientras se espera que siga desempeñando la presidencia de la Junta de Andalucía. Este modelo inédito ha causado "expectación" principalmente en Valencia y Madrid, comunidades que, junto a Andalucía, constituyen los bastiones más fuertes del socialismo español y en las que los presidentes de esos Gobiernos -Joan Lerma y Joaquín Leguina- son también los máximos dirigentes del partido. En ocasiones se han producido tanteos para una alianza interna entre los dirigentes de los tres partidos regionales para reunir sus fuerzas en el PSOE.Los portavoces consultados afirmaron que no es que se haya querido escoger Andalucía como banco de pruebas para comenzar el proceso de separaración de los poderes, sino que, "por una coyuntura muy concreta, es aquí donde se va poner en marcha, y continuará, aunque muy despacio". Con esto quieren indicar que en los próximos congresos regionales no se espera ningún otro desdoblamiento, pese al nerviosismo que se ha percibido en determinadas comunidades.
"Andalucía siempre ha sido el paradigma del partido, y es aquí donde se pone en cuestión el modelo de relaciones entre partido e instituciones. En un sitio donde el poder del PSOE es tremendo, el hecho de que el partido esté en manos de personas que no tienen el poder institucional es tremendo", dijeron a modo de reflexión dirigentes socialistas. No obstante, y como si hubiera un resquicio de mala conciencia, afirmaron que "ésta es la legitimación teórica de lo que va a pasar".
Clave electoral
Lo que va a pasar es que, después de más de tres años de forcejeo, el secretario general del PSOE andaluz, José Rodríguez de la Borbolla, dejará de serlo, y que casi con toda seguridad no será el candidato de los socialistas a la presidencia de la Junta de Andalucía en 1990. "Pepote era un mal cartel para él 90, y ha conseguido irritar a la mayoría del partido, por lo que. esta solución será la mejor", dijeron fuentes cercanas al vicesecretario general, Alfonso Guerra.El papel de Guerra en todo este proceso es descrito de diferente forma según quien sea el interlocutor, Uno de los más activos muñidores de esta operación asegura lo siguiente: "Hemos ido más lejos de lo que Alfonso Guerra quería y mucho más allá de lo que hubiera querido Felipe González, pero lo cierto es que Guerra, sin decir nada, se ha dejado regalar los oídos con lo que le contaban".
Como prueba de que "se ha ido más allá de los deseos de Guerra", este interlocutor cuenta el gesto de estupor que pudo apreciarse. en el vicesecretario cuando hace un mes estaba reunido en su despacho del palacio de la Moncloa con ocho dirigentes socialistas andaluces y llegó la noticia, posteriormente desmentida, de que José Rodríguez de la Borbolla iba a dimitir de la presidencia de la Junta. "Lo que desde luego no ha sido es que un día Alfonso Guerra haya dicho: Tamos a quitar a Pepote de la secretaría", ironizó este portavoz. El sector guerrista espera que el congreso "será tranquilo", a no ser que Pepote haga un discurso agresivo".
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