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El nuevo Papel de España en Europa se pondrá a prueba al asumir la presidencia de la CE

España ha comenzado a jugar en la última década un papel en la política internacional, aunque su verdadera solidez será puesto a prueba cuando el primer semestre del próximo año asuma la presidencia del Consejo de Ministros de la Comunidad Europea. Los participantes en el debate sobre El nuevo papel de España en la plítica internacional celebrado ayer en Barcelona y organizado por la cadena SER y EL PAÍS, coincidieron en señalar que España ha asumido un destacado papel en el mundo, especialmente en Europa, aunque coincidieron también en que éste debía ser matizado y no triunfalista.

En el debate participaron los eurodiputados Carles Gasòliba (CiU) y Eduard Punset (CDS), el candidato socialista en las elecciones autonómicas Jordi Solé Turay el catedrático de Organización Económica Internacional de la universidad de Barcelona (UB) Francesc Granell. También intervinieron en el debate, a través de una conexión telefónica, el secretario general del Consejo de Europa, Marcelino Oreja, desde Estrasburgo; el embajador de España ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Alberto Aza, desde Washington; y el eurodiputado y el ministro de Asuntos Exteriores Fernando Morán, desde Bruselas. Xavier Vidal Folch, director adjunto de, EL PAÍS, y Ramón Font, jefe de Informativos de Radio Barcelona,-actuaron como moderadores.Los participantes coincidieron en que el proceso ejemplar de la - transición política española y la plena integración en la CE habían sido dos elementos claves para permitir que España asumiera un papel en la política internacional. Solé Tura y Punset pusieron un especial énfasis en advertir que a pesar de ello el país no había resuelto una parte de sus problemas, como el déficit en la investigación, el mal funcionamiento de los transportes, la sanidad, los servicios de bienestar social, etcétera. Granell destacó que España tiene una política internacional propia desde su entrada en la CE y situó el momento que atraviesa el país, huyendo también de triunfalismos, en "la cola del león" que es Europa.

La participación de España en la defensa europea fue tratada de forma breve. Mientras Solé Tura expresaba dudas sobre la integración de España en la OTAN, Carles Gasòliba y Marcelino Oreja hacían una mención especial de esta contribución. La participación de España en una nueva política europea de defensa, más independiente de EE UU, fue apoyada también, aunque todos coincidieron en moderar las expectativas en relación con la participación de España en un futuro eje París-Bonn-Madrid. Fernando Morán destacó que España es un país medio en el concierte) internacional, pero una potencia de primer orden en el escenario del Mediterráneo.

En relación con el aspecto económico, Punset hizo referencia a la necesidad de que España resuelva el déficit secular de investigación que padece y reforme sus estructuras organizativas empresariales y sus sistema educativo para que el sistema productivo pueda absorber, en los próximos años, las innovaciones necesarias para poder competir con garantías cuando en 1992 entre: en vigor el Acta única y quede constituido el mercado único europeo.

Granell destacó el papel positivo que la CE ha jugado para España, al dotar al. país de un marco económico determinado "huyendo de incursiones en áreas como América Latina o el Magreb en las que queríamos proyectar nuestra singularidad y aislamiento" durante el franquismo.

América Latina

El debate sobre el papel de España en relación con América Latina fue el que despertó una mayor polémica. Mientras Granell sostuvo, incidiendo en el aspecto económico, que el país está participando en ayudas al desarrollo de forma más intensa en proyectos relacionados con África y constataba que la mano de obra magrebí empieza a invadir el mercado español, Morán defendió la importancia del papel que se está jugando en Suramérica.

El eurodiputado socialista afirmó que hay "responsabilidades históricas e imponderables, como el hecho de que los países de América Latina busquen en la ONU la mediación de España ante EE UU". "No somos una gran potencia para resolver los problemas estructurales de estos países", añadió, "pero eso no quiere decir que no tengamos un peso en el campo de la cultura, la lengua o que no seamos modelo a imitar por nuestra transición".

El eurodiputado Gasóliba criticó el hecho de que el Gobierno haga declaraciones verbales de solidaridad con los países suramericanos, pero recordó que no ha adoptado ninguna iniciativa para conseguir que los productos agrícolas de estos países puedan penetrar en el mercado europeo, siguiendo la política proteccionista de la CE, extremo en el que coincidió Morán. Alberto Aza precisó, desde Washington, que "lo que se capta desde la OEA es el papel primordial que Estados Unidos tiene en América Latina". Los cuatro participantes que se encontraban en Barcelona coincidieron en valorar de escasa la aportación que las Comunidades Autónomas están realizando en el proceso de integración en Europa.

El papel de las autonomías

Gasóliba afirmó que no se está respetando el reconocimiento constitucional de que España es un Estado plural, ya que la Administración central pretende monopolizar las relaciones con la CE. Solé Tura afirmó que el vicio proviene de las dos direcciones: "De la vieja tradición jacobina que unos tienen de la política española, y del interés de otros por la CE por considerar que cuanto más europeos sean, menos españoles serán". Punset, por su parte, dijo que había que avanzar hacia un modelo como el de la República Federal de Alemania, "en el que ningún ministro del Gobierno federal presenta una propuesta a la Comunidad sin antes consensuarlo con los landers".

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