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Una anciana de 84 años fallece tras derrumbarse el viejo edificio en el que habitaba

Antonia Sánchez Gómez, de 84 años, murió pasadas las once de la noche de ayer, después de ingresar con múltiples fracturas en la Ciudad Sanitaria la Paz, de Madrid, tras el derrumbamiento del edificio de dos plantas que ocupaba, junto con otras dos familias, en la convergencia de las calles de Hernani y Dulcinea, en el distrito de Tetuán. Antonia Sánchez, que se encontraba sola en su vivienda poco antes de las siete de la tarde -hora en que ocurrió el derrumbamiento del edificio-, fue rescatada de los escombros sobre su cama, que cayó con ella desde el segundo piso.

El siniestro se produjo al desplomarse el muro de la fachada principal del edificio, un viejo inmueble de principios de siglo, construido con muros prefabricados de ladrillo y viguetas metálicas.En el momento del accidente Antonia se encontraba sola en la casa que comparte con su hija Agustina, su hijo Marcelino y una nieta. Los bomberos explicaron que la cama en la que yacía la mujer estaba semienterrada bajo los ladrillos.

Antonia fue conducida a la Ciudad Sanitaria laPaz, donde ingresó en el servicio de urgencias de traumatología. El hijo de la anciana, sorda y ciega, se había mostrado a última hora de la tarde de ayer muy preocupado por el estado de su madre: "No sale de ésta. Está muy grave".

La anciana falleció pasadas las once de la nochede ayer, según declaró a este periódico un portavoz de la policía municipal. El servicio de Urgencias de traumatología de La Paz declinó anoche facilitar ningún dato sobre las causas que provocaron el fallecimiento de Antonia.

Otras dos ancianas, María y Angela, de 69 y 73 años, respectivamente, consiguieron abandonar el edificio, construido en las primeras décadas; de este siglo, pocos minutos antes de que se desplomara. Estas dos mujeres estaban recogiendo el yeso que caía del techo en el momento en que el polvo y los ruidos les alertaron: "Nos ha pillado en bata, con la escoba y el recogedor. Habíamos notado esta mañana que las brechas aumentaban, pero no pensamos que iba a pasar esto", comentaban llorando las dos hermanas que residen en la primera pIanta del inmueble desde 1935.El derrumbamiento, que se produjo 10 minutos antes de las siete de la tarde de ayer, no afectó a la otra vivienda habitada, cuya fachada da a la calle de Dulcinea. El propietario del edificio de dos plantas y de la tienda de comestibles del bajo falleció hace cuatro años, y desde entonces nadie había acudido acobrar los alquileres de los vecinos, según declararon ellos mismos.

Amenaza de ruina

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El concejal del distrito de Tetuán, Leandro Crespo, señaló que la casa no había sido denunciada por su estado. Otros vecinos aseguraron que algún inquilino había abandonado el edificio ante la amenaza de ruina.Las dos ancianas que salieron sanas y salvas del siniestro estaban muy preocupadas por recuperar sus cosas y porque habían dejado la estufa encendida. Los bomberos las tranquilizaron y la conciejalía de Tetúan les ofreció un sitio para dormir.Entre los escombros un bombero encontró un sobre con dinero que entregó a María y Angela. Las hermanas pretendían seguir recuperando cosas de los escombros del edificio.

En una de las dos paredes que quedaron en pie se veía una diana con dardos, que las ancianas tenían instaladas para sus nietos.

A primera hora de la noche de ayer continuaban las tareas de desescombro del edificio.

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