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Juan José Artells

Del Barça a la planificación sanitaria, pasando por el violín

Rocío García

Es, autor de libros tan heterogéneos como una historia social y política del FC Barcelona y la subnormalidad en España. Es tímido y tremendamente sarcástico. Juan José Artells, economista de 41 años, lleva trabajando desde los 13, y su formación, muy rigurosa, ha estado a caballo entre los estudios académicos y otros aspectos lúdicos, como el violín -que ha estudiado siete años- y el teatro. Para él lo de menos es su cargo de director general de Planificación Sanitaria, al que se refiere siempre señalando con el dedo la mesa de su despacho, desde el que ha preparado el reciente decreto antitabaco.

Natural del barrio barcelonés de Sarriá -"que produce gente de orden o gente ordenadamente desordenada"-, las circunstancias familiares y sociológicas le hubieran destinado a estar detrás de un mostrador o a empleado de banca si no hubiera sido por la influencia decisiva que ejerció en su formación el director de su colegio, Augusto Gil, uno de los fundadores del Partido Comunista de España (PCE). "Consiguió que muy pronto disfrutáramos con la lectura y el arte, que fuéramos unos ciudadanos informados, nos instigó una gran curiosidad, todo dentro de grandes dosis de tolerancia y pragmatismo y sin violar nuestras actitudes políticas", dice mientras dirige su mirada de manera insistente hacia el Museo del Prado, que ve por la ventana de su desapcho.Su paso por la facultad de Económicas de Barcelona le deparó lo que él califica de "un salto en el vacío de clases sociales para formar parte de la vanguardia de la vida catalana", con personajes como Jordi Solé Tura, Fabián Estapé y Manuel Sacristán, para luego continuar en el servicio de estudios del Banco Urquijo, considerado el círculo profesional e intelectual de la entonces izquierda militante. Persona absolutamente rigurosa, racional y autoexigente, abandonó el PCE -partido en el que militó de 1968 a 1975- "harto de una militancia que me exige no hacerme demasiadas preguntas sobre cómo organizar el futuro".

Tras su paso por el Banco Urquijo, con 30 años, se le planteó un dilema: aceptar un puesto ejecutivo para hacer dinero y dejar de ser un bohemio o continuar siendo un bohemio e irse a Oxford (Reino Unido) con una beca. Por supuesto que se decantó por lo último. Su estancia en Oxford, donde se especializó en economía de la política social y, concretamente, en el área de salud, le trajo consigo las primeras críticas a su llegada a nuestro país por proclamar lo que más tarde se incorporaría a las líneas de la política de Estado. Ya en España, ocupó cargos en la Generalitat de Cataluña, el último como subdirector del Instituto de Estudios de la Salud, hasta que el actual ministro de Sanidad, Julián García Vargas, "se arriesga a introducir un heterodoxo en su equipo y me llama para trazar las directrices de la política sanitaria".

Juan José Artells está separado y tiene dos hijos. Le cuesta trabajo mirar a los ojos de su interlocutor. Es tímido, y, quizá por eso, esconde un enorme sarcasmo y se ríe de sí mismo. "Eso me faculta para reírme de los demás". Es como santo Tomás: sólo cree lo que ve, y se puede demostrar con hechos. Su cargo en el Ministerio de Sanidad lo considera un reto personal, pero, recalca, "igual de reto que correr por la calle tres horas a la semana, o tocar el violín, o leer poesía, o escribir".

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