Claudio Arrau: "Necesito tocar para vivir"
El pianistia chileno sigue ofreciendo conciertos a sus 85 años
A sus 85 años, cumplidos el 6 de febrero, Claudio Arrau, uno de los grandes mitos del piano, continúa ofreciendo conciertos por todo el mundo. El pianista chileno suspendió el lunes un recital en Valencia, organizado por la Sociedad Filarmónica, debido a un pasajero trastorno gástrico, pero los pasados días 5 y 6 tocó en Barcelona y hoy lo hará en Bilbao. Con su aterciopelada fonética chilena, Arrau confiesa que necesita tocar para vivir ("La vida sin música no tiene sentido", señala) y critica la forma de tocar "para gustar" al público de algunos instrumentistas más jóvenes en detrimento del sentido profundo de las obras.
Pregunta. Tengo entendido que continúa usted ofreciendo entre 70 y 80 conciertos al año.Respuesta. Ya no tantos; 50 ó 60.
P. Y esa intensa actividad, ¿no le produce cansancio?
R. Sí, de vez en cuando estoy un poco cansado. Pero es que no me puedo imaginar una vida sin música. La vida sin música no tiene sentido, necesito tocar para vivir.
P. Creo que su primera actuación en público fue cuando tenía sólo cinco años, ¿no es así?
R. Sí, sí.
P. El tener una carrera artística tan dilatada le permite poseer una visión enormemente amplia de las diferentes maneras de tocar, de dirigir ¿Cree que se toca mejor hoy que cuando empezó a tocar?
R. Creo que depende mucho del músico que toca, de su actitud hacia la interpretación. Es difícil generalizar. Hoy día la carrera es más fácil que antes hay más publicidad y más cosas. Pero también está el peligro de la comercialización. Actualmente, muchos artistas, para hacer carrera y para tener éxito, ceden a interpretar de una forma para gustar que es errónea. No es para gustar como uno interpreta, se trata de buscar el sentido profundo de la obra.
P. Cree usted que hay demasiada concesión al público.
R. En muchos casos los jóvenes artistas ceden a tener más aplauso y más público haciendo cosas que son erróneas, para hacer ver la capacidad técnica.. Pero los grandes artistas de la época de mi juventud, como Teresa Carreño, Eugène d'Albert o Ferruccio Busoni..., puede ser que uno los idealice por el tiempo que ha pasado, pero siempre que me preguntan cuáles han sido los más grandes pianistas que he oído tengo que mencionar a esos tres.
Sí, sí. Pero yo me refiero a otra cosa. ¿No cree que el nivel medio de las personas que estudian música es hoy mayor?
R. Tal vez. Hay más personas que dominan el instrumento pero tal vez menos verdaderos intérpretes.
P. De los pianistas que hay actualmente tocando, ¿cuáles son los que más le gustan?
R. Algunos de los jóvenes, por ejemplo, Zimerniarín, Marta Argerich... Hay una serie de jóvenes que son muy interesantes.
Directores de orquesta
P. Usted ha tenido ocasión de tocar con muchísimos directores de orquesta, ¿con cuáles se ha sentido especialmente bien tocando?R. Con Furtwängler, naturalmente. Es una de las cumbres en ese sentido. Y, hoy en día, Carlo Maria Giulini, Carlos Kleiber y Daniel Baremboim. Entre los jóvenes está también Biskoff.
P. Supongo que ha tocado con George Szell, el que fue director de la orquesta de Cleveland.
R. ¿Con George Szell? Ah, bueno, sí, me olvidé, también ha sido uno de los grandes. Y Bruno Walter, naturalmente...
P. Y Baremboim, ¿le parece mejor pianista que director o mejor director que pianista?
R. ¿Baremboim? [:Se ríe.] Yo creo que que en ambos terrenos es magnífico.
P. Cuando empezó a tocar el mundo de la fonografía era...
R. Era muy difícil hacer buenos discos porque no se podía corregir, había notas falsas, errores, y salían. Durante cuatro minutos y medio había que tocar en una forma por lo menos muy limpia. Ahora se puede corregir cuanto se quiere.
P. ¿Qué le parecen los discos compactos?
R. El sonido me parece extraordinario, y la falta de ruidos, ¿no? Es sorprendente. Se han hecho progresos extraordinarios en ese sentido de la grabación.
P. Hay quien dice que el disco compacto tiene un sonido más frío que el del disco tradicional de vinilo.
R. Para mí es un poquito casi se podría decir demasiado directo. Pero, por otro lado los matices sobresalen mucho más en los últimos discos que se han hecho.
P. Después de haber hecho cosas como la edición de 59 discos en ocho álbumes que dedicó a usted una casa discográfica hace tres o cuatro años, ¿qué le interesa hacer en el campo de la grabación?
R. Tengo en proyecto la grabación de los estudios de Debussy porque Debussy es uno de mis grandes entusiasmos. Ahora estoy concluyendo todas las sonatas de Mozart, la semana que viene voy a hacer las tres últimas. Y estoy también concluyendo la serie completa de las sonatas de Beethoven otra vez.
P. En alguna ocasión ha dado un concierto para Amnistía Internacional, ¿no es así?
R. Sí.
P. Quería preguntarle su opinión sobre la situación política en Chile.
R. Bueno, sobre eso no quisiera hablar, mejor.
P. Pero ha ido usted poco a Chile en los últimos tiempos.
R. Sí, hace tres años fui, me hicieron una recepción extraordinaria. Hacía 17 años que no iba.
P. ¿Cuál es su impresión sobre la música en España?
R. Pienso que hay mucho entusiasmo y parece que hay más público que antes. Y además una serie de grandes cantantes y una pianista que es una de las que a mí me gusta más, Alicia de Larrocha.
Babelia
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