_
_
_
_

Un juez de Bayona tiene pruebas sobre la implicación de un confidente de la policía en un asesinato de los GAL

El juez de instrucción de Bayona (Francia) Armand Riverolles ha solicitado a la Audiencia Nacional la extradición del ciudadano español Eduardo Mari Chica, Dodou el Grande, al disponer de pruebas sobre su presunta implicación en el asesinato del periodista de Egin Xabier Galdeano, realizado por los GAL el 30 de marzo de 1985 en el sur de Francia. Mari Chica, residente en la Costa del Sol, confidente de la policía y protegido por sectores de estos servicios en Madrid, está considerado en medios judiciales franceses como reclutador de mercenarios para los GAL.

La Audiencia Nacional no puede conceder su extradición a Francia al ser Mari Chica ciudadano español, pero si podría iniciar acciones judiciales en España el ser el asesinado también español y siempre que la justicia francesa aporte a nuestro país copia del sumario con las pruebas correspondientes.El Juzgado de Instrucción Central número 1 de la Audiencia Nacional, que dirige el magistrado Carlos Bueren, recibió recientemente una comisión rogatoria del juez de Bayona donde se solicitaba la extradición de Eduardo Mari Chica al disponer la justicia francesa de indicios concluyentes sobre su implicación en el asesinato de Xabier Galdeano.

Sin embargo, la Audiencia Nacional no puede acceder a la petición por el hecho de que Mari Chica, nacido en Marruecos y residente en ese país durante más de 30 años, recibió la nacionalidad española.

Eduardo Mari Chica, nacido en Mequinez el 17 de junio de 1934 en el seno de una familia española, fue repatriado desde Marruecos por el Gobierno español en 1964. Doudu se acogió a esta medidas puestas en marcha por España y obtuvo una ayuda de 20.000 pesetas y un billete de ida pagado hacia Torremolinos, donde reside actualmente.

Esta nueva investigación francesa forma parte de la decisión del tribunal que condenó a 20 años de prisión a los tres autores materiales del asesinato de Galdeano y determinó la ampliación de diligencias para tratar de establecer la corresponsabilidad en el atentado terrorista de Eduardo Mari Chica. Francia cursó a finales de 1987 una orden internacional de busca y captura contra Doudu, y recientemente pidió a España su extradición.

Investiga a Gastón

La justicia francesa tiene constancia de que Guy Cantavenera, inductor del asesinato, estuvo en Málaga desde el 5 hasta el 13 de abril de 1985 en contacto, con Mari Chica y su cuñado Carlos Gastán, también investigado por su presunta relación con acciones de los GAL. Ambos, al parecer, pagaron a Cantavenera el dinero que debían cobrar los mercenarios que acabaron con la vida de Galdeano.Francia también solicitó a mi juez de Málaga la investigación de Mari Chica sobre el asesinato de Galdeano-, cuando aún no disponía de pruebas concluyentes sobre su implicación en el atentado. Doudu respondió entonces con todo tipo de evasivas, según fuentes policiales.

También a petición del juez Riverolles, el titular del Juzgado Central número 1 de la Audiencia Nacional tomó declaración recientemente a Carlos Gastán por su presunta implicación en el atentado contra Juan José Etxabe y su esposa realizado en 1978 en el sur de Francia por grupos terroristas en la denominada guerra sucia contra ETA.

Gastón, según fuentes francesas, formaba parte de un grupo mafioso de Burdeos, algunos de cuyos miembros son históricos mercenarios en la guerra sucia contra ETA como Maxini Szonek, Mohamed Khiar, Jacques Debesa, Jean Claude Ruiz y Marc Obadía. Los dos supuestos reclutadores de los GAL permanecen en la Costa del Sol sin ser investigados por la policía española en relación con los GAL y protegidos por servicios de Madrid en sus irregulares negocios y actividades, según han reconocido fuentes policiales de Málaga.

Servicios policiales de Málaga iniciaron una investigación de los dos reclutadores de los GAL sobre sus irregulares actividades inmobiliarias, en el campo de la prostitución, y en robos y estafas, pero sus averiguaciones fueron cortadas desde Madrid, según han reconocido algunos de los policías que trabajaron en el caso. A partir de ese momento no han vuelto a ser molestados por los servicios españoles.

Mari Chica y alguno de sus allegados forman parte de una generación de pied noirs que, con la llegada de la independencia a los países del norte de África, se trasladaron al litoral español. Estos grupos comenzaron a trabajar en negocios legales de hostelería que ocultaban en muchas ocasiones trabajos sucios relacionados con el proxenetismo, el tráfico de drogas y las estafas.

Estos grupos chocaron rápidamente con la policía española que encontró en ellos más que un grupo de delincuentes una organización capaz de realizar buenos servicios.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_