Otro Visconti magistral
Se reconoce: un desmesurado celo pervive en el corazón de quien realmente ama al cine. El catador de vinos no admite copa que no sea transparente, de cristal incoloro, como el cinéfilo no admite, o lo admite de mal grado, por obligación, otra cosa que no sea la original. Este ciclo actual de los lunes sobre cine italiano es puro: es en versión original. Y también aplaudimos el presente ciclo por otra cosa: por su buena selección.Por ejemplo, Visconti. De Luchino Visconti ya hemos visto hasta ahora Obsesión y La tierra tiembla, dos puntales de su cine, dos imprescindibles clásicos del neorrealismo italiano. Hoy la pequefla pantalla propone un tercero no menos magistral, Rocco y sus hermanos, con cuya emisión el televidente fiel al ciclo ya podrá conformar una idea limpia de una etapa con creta y básica del cineasta. Claro, que los vientos siempre hui dizos del llamado neorrealismo están ya en Rocco y sus hermanos ciertamente en desbandada. Sus actores, sin ir más lejos están elegidos como tales y muy lejos de los pescadores de La tierra tiembla. Por otro lado, conceptualmente, Visconti sigue preocupándose, al tiempo que por la realidad social del país, por los posos literarios de quien siempre se ha servido y de quien, directa o indirectamente, siempre se servirá. De Verga a Mann y a Dostoievski y, ya en el terreno musical, Verdi. Todo ese bagaje propio, unido a sus innegables dotes escénicas y a su humanidad torrencial, todo, y que critica hasta la médula, escupen una tragedia humana como pocas veces ' ha visto el cine. Una familia en descomposición sobre la que Visconti, se nota, intenta aportar ayuda, por amor sincero a sus personajes, tan cercanos a nuestras cuitas diarias, tan verosímiles, tan auténticos. Pero su cámara sólo recoge realidades, destrucciones y autodestrucciones. Patética.
Rocco y sus hermanos se emite hoy, a las 21.20, por TVE2.
