Una carta corta
Hace cuatro meses escribí una carta a una mujer y juez al mismo tiempo, pero no con la intención de suicidarme. Le contaba que no había recibido ni una sola carta de las 20 que me había enviado, a pesar de que tenía la dirección correcta. Y que no podía saber nada de su vida, porque no sabía si existía siquiera.No sé por qué, a veces el servicio de Correos se empeña en que no llegue una carta de un juez a su destinatario. A veces es preferible que el cartero se olvide de llamar, aunque sólo sea una vez, a la puerta y no deposite los sentin-dentos en el buzón.
Hace cuatro meses y un día exactamente, la destinataria está esperando a que el cartero entregue mi carta. No sé por qué, pero me van a permitir que me alegre.-
Madrid.
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