El Bilbao consideraba "imposible" una fusión paritaria con Banesto

José Ángel Sánchez Asiain, presidente del Banco de Bilbao, reiteró ayer ante la junta general de accionistas de esta entidad, la necesidad de la banca española de ir hacia un proceso de concentración, lograda por la entidad tras el reciente acuerdo suscrito con el Vizcaya después de la malograda OPA sobre Banesto. Sánchez Asiaín calificó de "¡mposible" una fusión partitaria con Banesto dada la desigual posición de ambos bancos en cuanto a rentabilidad y en lo que hace al origen de los resultados de ambos grupos en los últimos años.Por su parte, el vicepresidente y consejero delegado de la entidad, Emilio Ybarra, destacó en su intervención en la junta el entorno económico en el que se desenvolvió la actividad del grupo financiero durante 1987 y explicó las principales magnitudes de la cuenta de resultados del Banco. Ybarra sefialó que en 1987 habían logrado detener la caída inevitable delmargen financiero del grupo, situado en más de 151.000 millones de pesetas, pero que ello no podía mantenerse en el futuro, por el aumento del grado'de competencia y la creciente complejidad del mercado financiero español.

El grupo del Banco de Bilbao destinó en el pasado ejercicio 17.000 millones de pesetas a dotaciones por riesgo-país, lo que representa que las provisiones alcanzaban ya el 63% al término del ejercicio anterior y que en la actualidad se ha pasado este porcentaje hasta situarse en el 75%.

El beneficio neto del ejercicio del Banco de Bilbao fue de 24.090 millones de pesetas, y el del grupo, de 36.020 millones, con crecimientos del 20% y del 25%, respectivamente, porcentajes que, según Emilio Ybarra, "no se pueden sostener indefinidamente y que no podemos acostumbrarnos a ellos".

Por su parte José Ángel Sánchez Asiain señaló los problemas a los a su juicio que se enfrenta la banca española: elevado margen financiero en comparación con el resto de países del entorno económico -que tiende a descender-, altos costes de explotación, pequeña dimensión exterior, excesiva dependencia del negocio bancario tradicional, pequeña dimensión y excesiva vulnerabilidad ante posibles entradas de capitales extranjeros no deseados en la composición del accionariado de los bancos españoles.

En ese entorno es en el que se decidió que 1987 debía ser el año en el que el Banco de Bilbao diera el salto adelante, y se estudiaron todas las posibilidades con el resto de los grandes bancos nacionales. La conclusión a la que los expertos del Bilbao llegaron fue que se podía intentar mediante la adquisición del Banesto, el segundo banco del país, por medio de una OPA, porque "la desigual posición de los dos bancos hacía imposible una fusión paritaria".

Una vez imposibilitada esta