La ganadería de Antonio Pérez dio el mayor número toros 'afeitados'en 1987
Espartaco y Joselito figuraban en muchas de las corridas sancionadas
JOAQUÍN VIDAL Alrededor de 50 toros lidiados en 1987, de unas 25 ganaderías, han sido dictaminados afeitados por los facultativos de la Escuela Nacional de Sanidad, y sus ganaderos serán propuestos para sanción. La divisa de Antonio Pérez es la que ha dado más toros afeitados, y la de Sepúlveda podría ser inhabilitada. Un alto porcentaje de las reses manipuladas pertenecía a corridas en las que participaron Espartaco y Joselito.
La ganadería Sepúlveda, propiedad de Íñigo y Antonio Sánchez-Urbina, de Salamanca, será inhabilitada por un año si se le aplica el artículo 134 del reglamento taurino, al haber resultado afeitados toros que lidió en tres corridas distintas alo largo de la temporada: Valencia, 30 de julio, con Espartaco, El Soro y Fernando Lozano en el cartel; Guadalajara, 17 de septiembre, con Ortega Cano, Espartaco y Joselito, y Barcelona, con Espartaco, Joselito y Manolo Cortés. En este último festejo el ganado fue de tres ganaderías -la mencionada, Salvador Gavira (tres toros afeitados) y Río Grande- y provocó un gran escándalo.Antonio Pérez tiene seis toros afeitados, cinco pertenecientes a la corrida celebrada el 5 de septiembre en Palencia -protestadísimos por el público-, donde actuaban el Niño de la Capea, Julio Robles y Roberto Domínguez, y otro en Hellín, donde actuaba Espartaco.
También estaban afeitados tres de los toros de Cebada Gago lidiados en Málaga el 22 de agosto por Manzanares, Niño de la Capea y Paco Ojeda; tres de Lamamié de Clairac en la feria de Logroño, y uno de Montalvo en la corrida de Victoria que torearon Espartaco, Joselito y Ortega Cano.
En las novilladas hubo asimismo fraude, por la fuerza taquillera de determinados novilleros. El escándalo mayor se produjo en Sotillo de la Adrada, donde el público, indignado por la mutilación de pitones que presentaban varios novillos de Garcigrande, llegó a tirarse al ruedo e intentó agredir a las cuadrillas.
Valencia y Málaga son las plazas donde se han lidiado más ejemplares presuntamente afeitados durante 1987, y las Ventas, donde menos, aunque también hubo casos: un toro de Manuel González, en la corrida que lidiaron el 22 de mayo Antoñete, Manzanares y Ortega Cano, y el 8 de marzo, dos del marqués de Ruchena, con José Fuentes, Paco Alcalde y Gallito de Zafra.
Ahora bien, los dictámenes oficiales nunca podrán reflejar con qué rigor se celebran los espectáculos en cada coso, pues los represantes de la autoridad tienen distintos criterios, y mientras unos jamás envían astas a examen o remiten las de un solo toro, otros -como en Madrid, Sevilla y Valencia- lo hacen siempre que hay sospechas de manipulación.
Por ejemplo, aunque en la feria de Salamanca esa sospecha la tuvo el público sobre varías corridas, la autoridad sólo envió las astas de un toro, que efectiva mente dio positivo en el análisis de laboratorio.
Estas esperpénticas situaciones producen inquietud entre ganaderos, pues unos lidian impunemente toros afeitados, en tanto otros se quejan de que "su toro" le sirve a la autoridad para encubrir la dejación de funciones en que incurre, sacrificando el prestigio de una ganadería en beneficio de las demás y del cúmulo de intereses que concurren en toreros, apoderados y empresarios. Como es lógico, los ganaderos perjudicados protestan del agravio comparativo, y en privado indican a quien quiera oírlo plazas, divisas y circunstancias relacionadas con el afeitado.
Astas de toro
El Ministerio del Interior lleva tres años sin dar a conocer quiénes son los ganaderos propuestos para sanción, pero en la Unión de Criadores de Toros de Lidia se sabe, pues astas de toros propiedad de un alto porcentaje de sus miembros fueron enviadas a la Escuela de Sanidad y asistió al correspondiente dictamen un veterinario que los representaba.
Los personajes que han convertido en oficio el afeitado de los toros son conocidos de todo el mundo taurino, y ellos mismos proclaman su habilidad. Hay uno en Salamanca que presume de "haberlo afeitado todo" y sólo le falta "el toro de la glorieta" (un hermosísimo ejemplar en bronce, frente al coso).
En este negocio fraudulento existen parajes fijos donde se detiene el camión que transporta los toros y allí el especialista empuña el serrucho y la escofina. Algunas figuras del toreo tienen a sueldo a estos individuos, que se han hecho millonarios con semejante trabajo.
Ellos y sus ayudantes configuran una picaresca fomentada por los taurinos, cuya actividad, descarada y repetitiva, cuesta mucho creer que no sea conocida por la autoridad gubernativa.
El salvaje asalto al ganado
J. V.El afeitado de los toros es algo que, desde luego, conoce t'ol toreo, incluidos los lugares concretos donde se efectúa el salvaje asalto al ganado.
El taurinismo pretende que los dictámenes de la Escuela Nacional de Sanidad, aparte de responder a técnicas de análisis no fiables, son lógicos por el propio sentido común de lo que ocurre en una corrida, y plantean esta cuestión:"¿Cómo se va a afeitar un solo toro de una corrida, si no se sabe a qué diestro le va a corresponder?". Sin embargo, hacen la pregunta con deliberada demagogia, pues ellos mismos saben que rara vez se envían a examen las astas de toda la corrida; que la Escuela Nacional de Sanidad no emite dictamen de aquellas que les llegan escobilladas, y que los facultativos aplican tan amplio margen para la proporción asta-macizo, que dan por íntegros pitones afeitados.
En las jornadas sobre el toro de lidia recientemente celebradas en Madrid, que organizó el Consejo General de Colegios de Veterinarios, se comentaba que este año el número de afeitados duplica al de 1986, a pesar de que el envío de astas se ha reducido a la mitad.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.