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Los activos de Cenemesa, Cademesa y Conelec quedarán integrados en una única sociedad

Cenemesa, Cademesa y Conelec, las empresas del sector de bienes de equipo eléctrico controladas por la gestora anglo-Italiana Arbobyl se fusionarán en una única sociedad que integre los activos actualmente repartidos en las tres compañías, según se desprende del nuevo plan de viabilidad elaborado para el grupo. El Ministerio de Industria aseguró en la tarde de ayer desconocer este proceso de fusión.

El plan de concentración de Cenemesa, Cademesa y Conelec prevé la aportación de fondos públicos por valor de 25.000 millones de pesetas.Los términos del nuevo plan de reordenación serán expuestos de forma oficial al Ministerio de Industria en curso de una reunión, prevista para la semana que viene, entre el director general de Industrias Siderometalúrgicas, José Fernando Sánchez Junco, y los directivos del grupo Arbobyl. En el encuentro podrían quedar perfiladas una serie de modificaciones en el esquema de reconversión de Cenemesa-Cademesa-Conelec diseñado en septiembre, y sobre el que no se ha avanzado tras las sucesivas reuniones entre ambas partes.

La creación de una sociedad que agrupe los activos de Cenemesa, Cademesa y Conelec (antiguas filiales de Westinghouse, Brown Boveri y General Electric, respectivamente) supondrá la unificación en la gestión del grupo controlado en la actualidad por Arbobyl, que desde siempre se ha visto afectado por la "competencia desleal" entre las empresas que lo integran. La operación de integración, cuya mecánica concreta no ha trascendido, racionaliza, además, la estructura del grupo para llevar adelante el nuevo plan de reflotamiento. En la actualidad, Arbobyl posee el 100% de las acciones de Cenemesa y Cademesa, y el 40% de Conelec.

La unificación de las tres compañías en una futura empresa pasa igualmente por la aportación de ayudas públicas al proceso de saneamiento, evaluadas en un total de 25.000 millones de pesetas, de acuerdo con las fuentes consultadas.

Nudo gordiano

La aportación de fondos públicos ha constituído históricamente el nudo gordiano de las desavenencias entre el accionista y la administración responsable de la práctica totalidad de los esfuerzos solicitados en el plan de reordenación industrial de las empresas diseñado en septiembre del año pasado. La Administración, además, se ha mostrado siempre cautelosa ante la falta de garantías financieras, tecnológicas y de gestión del citado plan, que no contemplaba actuaciones concretas en ninguno de estos puntos.En la actualidad, las deudas del grupo con Hacienda y la Seguridad Social ascienden a 23.000 millones de pesetas, a las que hay que sumarlos compromisos pendientes con el Banco de Crédito Industrial de unos 3.000 millones.

La empresa, que cuenta con una plantilla de 6.000 trabajadores de los que son excedentes unos 1.600 ha procedido desde principios de año a la puesta en marcha de un plan de jubilaciones anticipadas y un programa de complementos.

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