El Santander quedará al margen de las fusiones, pero incrementará su presencia en Europa
El Banco Santander incrementará su presencia en Europa mediante la compra de Instituciones financieras de continente, siguiendo la vía abierta el año pasado con la adquisición del CC-Bank, de la República Federal de Alemania (RFA). El fortalecimiento de su actividad internacional, con especial interés en el terreno europeo, fue la principal entre las líneas estratégicas que el presidente del banco, Emilio Botín Ríos, expuso ante los accionistas de la entidad en la junta general celebrada ayer en Santander. Botín insistió en que el Banco Santander quedará al margen del proceso de fusiones, y sostuvo que tiene el tamaño adecuado pan afrontar la creciente competencia.
Emilio Botín admitió que el acuerdo de fusión entre los bancos de Bilbao y Vizcaya resultará probablemente positivo para ambos y para la economía española, pero echó mano del informe sobre fusiones del profesor británico Jack Revell para resaltar que "una mayor concentración no es probablemente la mejor respuesta a los problemas actuales del sistema bancario español". Con la seguridad que le conferían los 52.000 millones de pesetas a que asciende el capital del Santander (un recio parapeto contra cualquier operación hostil), Botín descartó tajantemente cualquier fusión futura que pudiera afectar a su banco. "No creo en las fusiones por receta", dijo. Y afladió que, sobre este tema, "el Gobierno tiene sus opiniones, y yo, las mías". Sólo admitió indirectamente ("no es disparatado, ni mucho menos") la posibilidad de un consorcio exterior que agrupara a varios bancos españoles para su acción conjunta en el terreno in temacional, salvaguardando la propiedad e independencia de las entidades en el terreno doméstico.Los horizontes que Botín mostró a los accionistas, en una junta extremadamente apacible, se circunscríbieron a un in cremento de la rentabilidad por la vía de la reducción de costes de transformación y la mencio nada expansión íntemacional.
Sobre los costes de transformación, Botín recordó que el Santander tiene unos gastos del 2,2% sobre el activo total me dio (ATM), índice equiparable a la media bancaria alemana o francesa. Cifró su objetivo en situar los costes por debajo del 2% para ajustar al máximo la rentabilidad, lo que, "unido al alto nivel de capitalización del banco, a la sanidad de su activo y a su.rentabilidad, a la calidad de nuestro equipo humano y a nuestra adecuada red de sucursales, nos pernitirá servir mejor a nuestros clientes, nuestros accionistas y a los intereses generales del país".
En cuanto a la expansión internacional, Botín dedicó grandes elogios a la marcha de sus filiales Banco Español-Chile y Banco Santander-Puerto Rico, que, junto al Banco Santander Internacional de Miamí (EE UU), son los bastiones americanos de la entidad.
Pero subrayó que en estos momentos la política internacional del Santander pasa por un reforzainiento de la presencia en Europa. Botín dejó entrever que a las recientes adquisiciones del CC-Bank y de la empresa gestora de la tarjeta Visa en la RFA se afladiría próximamente alguna otra, sin precisar detalles sobre la misma. Tras la junta de accionistas comentó que las ya conocidas negociaciones para una asociación con el grupo italiano Cariplo "van por buen can:iino" y se cerrarán probablemente este año.
La junta general aprobó la concesión de poderes al consejo para efectuar ampliaciones de capital hasta 26.000 millones de pesetas, la mitad del capital actual, en un plazo de tres aflos.
Nuevo accionista
Las últimas ampliaciones han aportado ligeros cambios en la composición del accionariado, entre los que destaca la entrada de un nuevo accionista de nacíonalidad española que, según Botín, ostenta casi el 1 % del capítal. Se mantiene, sin embargo, el peso de la familia Botín y del conjunto del consejo de administración, que ayer se amplió con el nombramiento como nuevos consejeros de John Creedon (presidente de la aseguradora norteamericana Metropolitan Life Insurance, asociada con el banco) y José Miguel Serrano Goyria (empresario santanderino con un importante paquete de acciones).
También se aprobó la concesión de un dividendo de 110 pesetas por acción, lo que supone que 21.021 millones de pesetas de los 29.032 obtenidos como beneficio antes de impuestos se destinarán a retribuir a los accionistas. Los resultados consolidados del grupo Santander han alcanzado en 1987 los 40.027 millones antes de impuestos (un 23,9% de incremento sobre 1986). Estas cifras y la desahogada situación del banco en cuanto a riesgos (el riesgo-país, por ejemplo, se limita a 140 millones de dólares, provisionados al ciento por ciento) contribuyeron al clima bonancible de la junta.
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