La Comunidad
Europea y la EFTA llegan a un acuerdo de cooperación
La Comunidad Europea (CE) y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) suscribieron ayer una declaración conjunta en la que sientan las bases de una mutua cooperación para evitar marginar a los siete países miembros de esta última organización del mercado integrado europeo que los doce crearán de aquí a 1992.Pero la CE, en el texto aprobado, fija también los límites de su cooperación con el otro bloque comercial europeo no comunista al recalcar las "especificidades institucionales" de ambas organizaciones y el carácter prioritario para la Comunidad de su propia cohesión para conseguir una auténtica integración económica a lo largo de los próximos cinco años.
La declaración fue adoptada en el curso de la primera reunión de los 18 ministros de Comercio de la CE -España estuvo representada por el secretario de Estado, Miguel Ángel Fernández Ordóñez- y de la EFTA, de la que forman parte Finlandia, Noruega, Suecia, Islandia, Austria y Suiza.
Ambos bloques comerciales constituyen conjuntamente, como recalca el texto aprobado ayer, "la zona de libre cambio más amplia y más avanzada del mundo, en la que se efectúa la cuarta parte del total del comercio internacional", pero los países de la EFTA temen que las armonizaciones jurídicas y técnicas que requiere la puesta en pie del mercado único perjudiquen sus relaciones con la Comunidad Europea.
Cautelas españolas
A petición de España, la declaración contiene también dos referencias a la llamada cohesión o solidaridad intracomunitaria con los Estados menos desarrollados de la CE, que temen que la liberalización del comercio con la EFTA suponga un excesivo aumento de sus exportaciones hacia el sur de Europa, sin ninguna contrapartida.
Aunque algunos países, como Suecia, parecían dispuestos a contribuir de una forma o de otra a los fondos estructurales de la Comunidad, que pretenden atenuar las diferencias de desarrollo entre ricos y pobres, los doce han optado por no solicitarla, porque hubiese permitido a los donantes pedir a cambio una total participación en el mercado integrado. La EFTA ya había establecido en su día un mecanismo de ayuda a Portugal.
Fernández Ordóñez consiguió también que el texto aluda a la necesidad de reforzar la cooperación en materia agrícola y pesquera, y, más concretamente, la Comisión Europea hará de aquí a octubre nuevas propuestas para negociar con la EFTA una reducción de los aranceles sobre productos agrícolas mediterráneos de los que España es exportadora, al tiempo que intentará mejorar el acceso de la flota pesquera española a los caladeros escandinavos.
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