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El conductor que causó el pánico en Vallecas con un autobús robado estaba ebrio

Miguel Ángel González-Pecellín Ledesma, de 29 años, que en la noche del pasado jueves sustrajo un autobús con el que causó cuatro heridos y colisionó contra siete turismos, se hallaba embriagado, según fuentes policiales. El detenido, que será puesto hoy a disposición judicial, nació en Madrid, está separado y es feriante de profesión. Juan Gutiérrez García, de 31 años; su esposa, Carmen Páez Fuentes, de 21, y sus hijas Sheila y Yessica, de seis años y un mes y medio, respectivamente, se encuentran hospitalizadas, después de que el conductor temerario arrollase el automóvil que ocupaban.

La odisea protagonizada por Miguel Ángel se inició cuando éste sustrajo sobre las 18.30 del pasado jueves el autobús Barreiro matrícula PM-4265-J, que estaba aparcado en el cruce de la avenida de los Cantos con la del Oeste, en la localidad madrileña de Alcorcón, según fuentes policiales.El dueño del vehículo ha manifestado que sobre las 6 de la madrugada del jueves descubrió que alguien se lo había robado, por lo que presentó la correspondiente denuncia. Apenas dos horas después, él mismo localizó el autocar en un descampado de la calle Venus. Curiosamente, el autobús volvió a ser sustraído esa misma tarde, en esta ocasión por el joven Miguel Angel González-Pecellín.

Tras adueñarse del vehículo, el supuesto ladrón se trasladó al barrio de Carabanchel, donde dos ciudadanos requirieron a últimas horas de la tarde la presencia de la Policía Municipal, ya que el vehículo había quedado bloqueado en una calle próxima y obstaculizaba el paso.

Dos agentes de la Policía Municipal acudieron al lugar indicado y, una vez retirado el vehículo que obstruía la circulación, solicitaron al conductor que les mostrara su documentación. El joven, en lugar de obedecer, arrancó de improviso y estuvo a punto de atropellar a los citados funcionarios.

Comienza la persecución

Un tercer policía, que llegaba a dicho punto al volante de su coche particular, invitó a sus dos compañeros a que subieran al mismo con objeto de intentar capturar al sospechoso, que conducía a gran velocidad.El fugitivo logró perder de vista a los funcionarios, que estuvieron tras él durante más de una hora, rodando a veces a una velocidad de 100 kilómetros por hora, según se ha podido deducir del examen del tacógrafo del vehículo.

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El enloquecido conductor fue localizado de nuevo en la avenida del Mediterráneo y, tras circular por la plaza del Conde de Casal, avenida del Doctor Esquerdo y avenida de la Ciudad de Barcelona, colisionó con un taxi cerca de la M-30. A continuación enfiló hacia el barrio de Vallecas por la avenida de la Albufera, mientras los automovilistas y peatones observaban la escena.

En un cruce de la calle del Arroyo del Olivar, Miguel Ángel González-Pecellín se saltó un semáforo en rojo y se estrelló contra el Talbot Horizon conducido por Juan Gutiérrez García, dueño de un bar, que iba acompañado de su esposa y sus dos hijas, una de ellas de apenas un mes y medio de vida. La familia regresaba a su domicilio del Pozo del Tío Raimundo.

Juan Gutiérrez sufrió traumatismos diversos en la cara y en las costillas; su esposa Carmen tenía numerosos cortes en el rostro y un esguince en, una pierna; Sheila presentaba ayer heridas y hematomas en el rostro y le dolía el brazo izquierdo, mientras que su hermana, la pequeña Yessica, estaba internada en el pabellón infantil con diversas heridas.

"Nosotros volvíamos a casa", recuerda Carmen Páez, "después de haber aprovechado que ayer cerramos el bar y teníamos el día libre para visitar a unos familiares. Yo iba en la parte de atrás y llevaba en brazos a mi hija Yessica. Vimos venir al autobús a toda velocidad, pero nunca pensamos que se saltaría el semáforo. Fue un golpe terrible".

A tiros

La policía reventó a tiros las ruedas delanteras del autocar, pero éste circuló todavía un largo trecho. Miguel Ángel fue detenido y trasladado al Equipo Quirúrgico de Vallecas, donde se le sometió a la prueba de alcoholemia, que dio 1,40 positivo. Tiene dos antecedentes: uno por estafa y otro por imprudencia punible, además de estar interesada su detención y averiguación de paradero por un juzgado de Madrid.El detenido ha manifestado ante la policía que horas antes del incidente había estado tomando unas copas. También ha explicado que trabaja como empleado en instalaciones de feria y que no tiene domicilio fijo, sino que cada noche duerme en un sitio diferente.

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