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EL 31º CONGRESO DELPSOE

La gestión de la ejecutiva, aprobada por el 97,5% de los votos

La gestión de la ejecutiva federal saliente del PSOE fue aprobada en la tarde de ayer por un 97,5% de los votos representados por los cabezas de delegación del 31º congreso, con la única abstención de la de Cáceres. Los principales dirigentes regionales del PSOE, por lo general portavoces de las delegaciones de sus respectivas comunidades autónomas, coincidieron ayer en valorar muy positivamente los objetivos alcanzados por el Gobierno central, especialmente en el ámbito de la economía y de la Inserción de España en el marco político internacional, a la vez que abogaron por emprender "una nueva etapa" del proyecto socialista.

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La expresión "nueva etapa" implica, por los rasgos comunes de sus discursos, un llamamiento a la adopción de reformas en las Administraciones públicas, mejoras en los servicios que presta el Estado y búsqueda de convergencias con la UGT.Joaquín Leguina, secretario general de la Federación Socialista Madrileña y portavoz de la delegación de Madrid, advirtió que "las cosas no se legitiman porque la hagan los socialistas, sino porque se inscriban en un proyecto transfarmador". Leguina reclamó un esfuerzo para "abrir espacios de entendimiento con grupos sociales significativos, y en especial con la UGT", lo cual requiere, a su juicio, "disponer de objetivos socialistas claros", así como de una "habitabilidad en el propio espacio socialista, que no siempre hemos creado".

El líder socialista madrileño subrayó que el otro objetivo a mantener por el PSOE es "el estar, seguir estando, en la cultura de izquierda. Y eso significa mantener unas determinadas actitudes. Porque tenemos una relación simbólica con el mundo del dinero que a veces no se corresponde con esa cultura".

El portavoz de los socialistas catalanes, Raimon Obiols, realizó una de las intervenciones más aplaudidas del debate sobre la gestión de la ejecutiva federal. Obiols presentó sus opiniones como "alejadas del oficialismo acrítico y producto, en cambio, de la autonomía de las ideas". Sin censurar la política económica gubernamental, propugnó iniciar "una segunda fase de la política del Gobierno" caracterizada por su mayor calado social.

El portavoz de la delegación de Cataluña abogó por "objetivar los problemas con UGT", alejándolos de toda confrontación personalista. "En este congreso", resalté, "lo importante es que se emprenda una dinámica para reducir el desencuentro entre el partido y el sindicato".

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Obiols comparó el estado del proyecto socialista con el de un coche que ha llegado a un destino previsto y que debe ser revisado para iniciar una nueva etapa. 'Habrá que comprobar el estado de los frenos", señaló en alusión a la autodisciplina y el pluralismo interno en el PSOE, "así como el nivel del carburante", en referencia a "la fuerza de las ideas", y del aceite, en símil utilizado para aludir a la solidaridad socialista.

Un cambio de estilo

Joan Lerma, secretario general de los socialistas valencianos y portavoz de la delegación del PSPV-PSOE, expresó su apoyo a la gestión de la ejecutiva federal, al igual que los representantes de casi todas las delegaciones, pero señaló que el partido ha ido en los últimos tres años por detrás de las reivindicaciones sociales. Otro error cometido por los socialistas, a su juicio, ha sido el no haber garantizado una intervención en los sindicatos para distribuir unos beneficios generados por las empresas y que, por principio, no se traducen nunca automáticamente en la creación de puestos de trabajo.

José Rodríguez de la Borbolla, portavoz de la delegación de Sevilla y secretario general de los socialistas andaluces, manifestó que el Gobierno ha llevado a cabo una primera fase de regeneración de nuestro país, "pero no ha conseguido", en su opinión, "imponer unos modos de comportamientos cotidianos alternativos". "Ahora hay que llevar a cabo", agregó, "de forma prioritaria, una reforma de las Administraciones públicas, un cambio de estilo en la manera de estar en el poder y una concertación social, entendida como una manera constante de hacer la política socioeconómica".

Acosado en Andalucía por sectores identificados con Alfonso Guerra, Rodríguez de la Borbolla lamentó una "falta de solidaridad interna, en el sentido de poner nosotros mismos en cuestión nuestro propio trabajo".

Manuel de la Rocha, portavoz de los delegados de Izquierda Socialista (IS) integrados en la delegación madrileña, advirtió que "un partido socialista que desarrolla su proyecto político al margen del sindicato dificilmente llevará al socialisino".

El principal representante de IS en este debate señaló que la política económica del Gobierno ha generado importantes desigualdades, especialmente al facilitar un incremento desproporcionado de las rentas empresariales en relación con las salariales, pero terminó ofreciendo la colaboración de IS para asegurar la unidad del proyecto socialista.

Ricardo García Damborenea, portavoz de la delegación de Vizcaya, anunció su apoyo a la gestión de la ejecutiva pero reclamó que tras tres años de dedicación prioritaria al trabajo en las instituciones, el PSOE debe hacer un esfuerzo por recuperar el dinamismo que tenía hasta 1982.

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