Entre el chándal y la sopa
Las generaciones socialistas, de 1898 a 1968
Los más viejos y los más jóvenes afiliados al Partido Socialista Obrero Español fueron engendrados, respectivamente, en los alrededores de los años 1898 y 1968, cuando en España y en el mundo la historia se movía. La mayoría de ellos resalta su intención de perseguir la unión para obtener la fuerza. Los nonagenarios fueron localizados en residencias de la Seguridad Social, algunos con muy mal humor, o postrados en sus camas con sordera. Para hablar con los jóvenes ha habido que esperar a que volvieran de cargar maíz, de clase, de la oficina del paro o de hacer deporte.
Estos jóvenes socialistas, que no superan la mayoría de edad, insisten en la necesidad de renovar los cargos de este partido, que tiene una de las directivas más jóvenes de Europa."He estado condenado a muerte dos veces, me he jugado la vida otras tantas. Soy socialista. ¡Ya está bien de explicaciones!", manifestaba Tomás Díaz Miguel. Da la sensación de haber superado todas sus fases políticas, ahora sólo está preocupado por la enfermedad de su mujer, que vive con él en una residencia de la Seguridad Social de Alcalá de Henares. "Yo qué sé dónde estaré mañana, igual, estoy aquí o en Nueva York", espetaba el anciano, despreciando todos los impedimentos de tener 90 años, antes de colgar bruscamente el teléfono por si se le enfriaba la cena.
Julián Barba López empezó a trabajar a los 14 años en una fundición, y su último trabajo antes de jubilarse fue de "escribiente en una fontanería". Vive en una residencia de ancianos de León, y se afilió a la Unión General de Trabajadores cuando empezó a trabajar porque, dice: "Sólo unidos nos podíamos enfrentar al patrón".
Sus padres, "por ser demasiado eclesiásticos", le reprocharon siempre sus militancias izquierdistas en UGT y en el PSOE. Le gusta que los socialistas hayan abandonado "la violencia de antes y que sean más humanos", aunque añade que ello implica que "se avance más lentamente, pero con pasos más seguros". No se queja de la política de pensiones del Gobierno, y afirma que él sólo dejó, "por necesidad" de cotizar a su partido cuando estaba en paro.
"Gente que chupa"
Carlos Oliván nació en 1969, trabaja en el campo de Huesca, y por las noches estudia COU. Está muy enfadado: "Los soclalistas de Monegros han humillado a mi padre. Me arrepiento de haberme afiliado". Le da igual que se publique y que le "echen del partido". "La gente se ha ido corrompiendo desde que llegaron al poder. Ahora lo que hace falta es que perdamos unas elecciones para depurar el partido de gente que chupa y mangonea".En Burgos, Esther Beltrán González, de 17 años, opina de otra manera. Estudia química, y está en el segundo curso de formación profesional. No cree que el Gobierno tenga la culpa del paro, pero quiere que el partido se renueve. En el año 2000 seguirá el PSOE en el poder, pero hay que "renovar modernizando", según el punto de vista de Esther.
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