Un policía de Madrid, sospechoso de facilitar los carnés falsos usados por Anastasio y los últimos fugados

La Brigada Anticorrupción investigará la posibilidad de que uno o más funcionarios destinados en la comisaría del distrito de Ventas, en Madrid, hayan sido quienes facilitaron la cartulina empleada para falsificar el carné de identidad que utilizó Javier Anastasio de Espona y que le permitió huir de España. Dicho documento, en el que el fugitivo adoptó el nombre de Carlos Durán Hernández, sirvió para obtener un pasaporte legal con esa misma personalidad falsa. La policía sospecha que se utilizó idéntico sistema en los casos del ultraderechista Emilio Hellín, de Neus Soldevila y de Jaime Messía.

Javier Anastasio de Espona, acusado de supuesta coautoría en el asesinato de los marqueses de Urquijo, parece que se encuentra actualmente en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, según fuentes allegadas al fugitivo. El huido llegó a ese país suramericano en un avión procedente de Portugal, en donde entró el pasado 21 por la frontera de Elvas (a la altura de Badajoz).Las diversas fuentes consultadas coinciden en que la escapada de Anastasio comenzó a prepararse durante el pasado noviembre. A mediados de ese mes, el fugado entró en contacto con un grupo de falsificadores y les encargó la confección de un carné de identidad.

Dichos falsificadores proporcionaron a su cliente un DNI con el número 2644829, expedido a nombre de Carlos Durán Hernández, nombre que corresponde en realidad a un hombre aficionado a los toros que murió hace unos años al ser comeado por una vaquilla.

El citado carné fue confeccionado mediante una cartulina que, al parecer, procede de una sustracción ocurrida hace unos meses en la comisaría del distrito de Ventas. Esta circunstancia se ha sabido porque en el documento consta el número de equipo correspondiente a la oficina expendedora de esta comisaría. Dicha clave va grabada en tinta y se imprime en el momento en que la Policía aporta los pliegos que le solicita cada dependencia.

El 19 de noviembre pasado, el propio Javier Anastasio se trasladó a la oficina policial sita en la calle del General Pardiñas y solicitó se le expidiera un pasaporte a nombre de Carlos Durán Hernández, a la vez que aportó varias fotos en las que aparecía con gafas y bigote. La funcionaria cotejó sin sospecha los datos de la solicitud con los que figuraban en el carné de identidad del peticionario, que era falso.

Dos días más tarde, Anastasio recogió su pasaporte sin el menor contratiempo, ya que la policía confeccionó el documento tras comprobar que en sus archivos no figuraba ninguna reclamación contra un individuo llamado Carlos Durán Hernández, presuntamente domiciliado en la calle de Serrano, número 70.

El joven supuestamente implicado en el crimen de los marqueses de Urquijo abandonó Madrid el pasado 21 de diciembre y pasó a Portugal por la frontera' de Elvas. Después tomó en Lisboa un avión con destino a Sâo Paulo, según fuentes próximas a la investigación. Al parecer, una persona desconocida ingresé en un banco de Brasil, días antes de la fuga de Javier Anastasio, una importante suma de dinero destinada a él.

Todos los indicios recogidos en diversas fuentes indican que la huida de Anastasio fue preparada minuciosamente durante más de un mes. El fugado tuvo que realizar un desembolso de unas 200.000 pesetas para obtener papeles con los que crearse una nueva personalidad.

La Dirección General de la Policía difundió ayer una nota oficial donde señala que "ha dispuesto la apertura de una investigación a fin de determinar las posibles irregularidades" que se hayan cometido en la obtención del carné de identidad falso por parte de Javier Anastasio, "puesto que contenía datos y claves que son las que han permitido que obtuviera un pasaporte sin que el sistema informatizado de que dispone la Dirección General de Policía pudiera detectar el DNI falsificado".

"Con la información abierta", señala el comunicado oficial, "se pretende aclarar las posibles responsabilidades en que haya podido incurrir algún funcionario adscrito a esta Dirección General, puesto que se sospecha que los datos incluidos en dicho documento nacional de identidad han sido los que han permitido facilitar la falsificación".

Un amplio entramado

Los carnés y pasaportes falsos empleados por los últimos fugados de la justicia española parecen tener el mismo origen. En esta situación están Neus Soldevila, conocida como "la dulce Neus", el ultraderechista Emilio Hellín Moro, el aristócrata Jaime Messía Figueroa y, por último, Javier Anastasio de Espona.

En todos esos casos citados se cree que se emplearon también tarjetas de DNI en las que estaba grabado con tinta el numero de equipo expendedor del strito de Ventas, según fuentes policiales.

Los responsables de la citada comisaría parece que no habían informado a la Dirección General de Policía sobre la desaparición de varios pliegos de las cartulinas que sirven de base para la confección de los carnés de identidad, según fuentes oficiosas. Se cree que este hecho se produjo hace siete u ocho meses.

La Brigada Anticorrupción investigará la presunta desaparición, ya que hay indicios de que algún funcionario policial podría haber sustraído tales impresos. Los falsificadores suelen pagar 5.000 pesetas por una sola cartulina de DNI en blanco, aunque no pueden evitar que la tarjeta lleve impreso el número del equipo al que pertenece.