Un niño de cinco años sobrevive a la catástrofe del transbordador filipino
Un niño de cinco años fue rescatado ayer a 40 kilómetros del estrecho de Mindoro, en Filipinas, donde el domingo por la noche chocaron y se hundieron el transbordador Doña Paz y el petrolero Víctor. La tragedia, que probablemente ocasionó más de 2.000 muertos, es la más grave de la navegación civil en tiempos de paz. "Es un milagro. Es increíble que haya sobrevivido. Sólo Dios sabe cómo", dijo Antonio Babijes, del centro de coordinación del rescate. Las aguas en las que se produjo el accidente están infestadas de tiburones, y si, como se cree, el niño viajaba en el barco, logró sobrevivir en ellas más de 48 horas.
La presidenta de Filipinas, Corazón Aquino, ordenó ayer la apertura de una investigación "inmediata y a fondo" de la catástrofe y afimó que "se impondrán estrictas, sanciones a los culpables". El resultado oficial del mayor desastre conocido por la navegación marítima en tiempos de paz ha elevado el número de desaparecidos a 1.540, aunque pasajeros supervivientes mantienen que el número de víctimas puede oscilar entre 2.000 y 3.000.Los equipos de rescate centran ahora sus trabajos en recuperar cadáveres en un mar infestado de tiburones. Sobre la superficie de las aguas se aprecia únicamente una mancha de aceite como señal de la tragedia.
La empresa propietaria del transbordador, Sulpicio Lines, corrigió ayer al alza el número de personas que viajaban en el Doña Paz, al precisar que la cifra de 1.493 dada el lunes se refería sólo a los pasajeros, a los que había que sumar 60 miembros de la tripulación. Es decir, un total de 1.553 personas, de las que sólo 25, contando al niño, se han salvado. En el otro barco, el petrolero Víctor, únicamente lograron sobrevivir dos de los 13 marineros que viajaban a bordo.
Los testimonios de los supervivientes abundan en que la cifra de víctimas ha de ser mayor que la que hasta ahora se baraja porque mucha gente sacó los billetes a bordo del transbordador y también había centenares de niños -podrían llegar a 1.000-, que no necesitaban billete para viajar en el barco. La cercanía de las fiestas navideñas implica un aumento de la demanda de plazas en los transbordadores, que constituyen el modo más común de transporte en el archipiélago filipino.
Los 26 supervivientes tuvieron que superar, buceando, la cortina de llamas producida so tire el mar al incendiarse el que roseno y la gasolina que transportaba el petrolero Víctor.
En sus manifestaciones, Aquí no reconoce que la "tragedia nacional, desgarradora y de proporciones angustiosas", había quedado consumada al referirse por primera vez a "Ia muerte de más de 1.000 personas", mientras los comunicados oficiales siguen hablando de desaparecidos.
La investigación del accidente -cuya causa sigue atribuyéndose a un error en las señales de comunicación y que difícilmente podrá aclararse totalmente- se deberá ahora centrar en si el transbordador, un barco construido hace 20 años, llevaba un número excesivo de pasajeros. La compañía propietaria del barco insiste en que todo estaba en regla y que la capacidad de carga no fue superada. Sin embargo, el anterior armador del Doña Paz afirmó ayer que el transbordador sólo estaba autorizado a llevar un máximo de 608 pasajeros.
Otro de los objetivos de la investigación se referirá a las condiciones de seguridad del buque. Testimonios de los supervivientes señalan que los chalecos salvavidas estaban guardados en armarios cerrados con llave. Expertos en navegación de la zona indican, por su parte, que a menudo los transbordadores dejan en tierra los chalecos de salvamento para aumentar el espacio disponible y apiñar a bordo un número mayor de pasajeros.
Por otro lado, fuentes norteamericanas en Manila afirmaron ayer que las autoridades filipinas no solicitaron ayuda a la base naval estadounidense de Clark para participar en las tareas de rescate hasta ocho horas después de producirse la tragedia.
La compañía propietaria del transbordador ha ofrecido una indemnización de unas 100.000 pesetas a las familias de las víctimas, la mayoría muy pobres.
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