Una dama en el Banesto
Paulina Beato fue la primera mujer presidenta de una empresa pública española cuando se le responsabilizó de ese cargo en la entonces Aseléctrica, que posteriormente pasaría a ser Red Eléctrica de España (Redesa), en octubre de 1984. Y se ha convertido ahora en la primera mujer que se sienta en el consejo de administración del Banco Español de Crédito.Cordobesa de nacimiento, se trasladó a Madrid para estudiar Económicas en la Universidad Complutense, pasando posteriormente varios años en Estados Unidos.
A su regreso a España se convirtió en economista del Estado. En el año 1979 se incorpora al INI, pasando por la Dirección General de Estudios, un departamento prolijo en altos cargos de la Administración socialista, como Miguel Boyer, Carlos Solchaga, Carmen Mestre, etcétera. También trabajó en la asesoría económica y en la Dirección de Planificación y Control.
Posteriormente se ineorporó al Ministerio de Industria y Energía como asesora en temas energéticos y en octubre de 1983 pasa a formar parte del trío energético junto a la directora y el secretario general de la Energía, Carmen Mestre y Martín Gallego, respectivamente.
Un crítico hacia el PSOE
Antonio Torrero Mañas, catedrático de Universidad, ha venido jugando un importante papel en las filas de los que no dudaron en apoyar al partido socialista antes de llegar al poder y con el que colaboraron a partir de octubre de 1982. Su papel como diseñador de una parte del programa económico del partido socialista en lo que se refería al sistema financiero permitió que a partir de 1983 Torrero accediera a la presidencia del Banco Hipotecario de España en 1983.El catedrático de Teoría Económica mantuvo un duro enfrentamiento con el presidente de la patronal bancaria, Rafael Termes, acerca de si los beneficios que tradicionalmente ha venido obteniendo la banca eran o no elevados en base a los recursos que movían las instituciones financieras. Desde su posición de presidente del Hipotecario fue uno de los impulsores, junto con el resto de presidentes de bancos públicos y el del ICO, del intento de lograr una mayor coordinación entre todas las entidades y la creación del holding financiero estatal en el que se integraran, de una forma o de otra, el Exterior y la Caja Postal. El holding todavía no se ha constituido y ello se debe en parte a la oposición del Banco de España.
Un banquero energético
Juan Belloso Garrido, 47 años, sevillano y compañero de estudios del vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, es, además de un hombre próximo al PSOE, una de las máximas autoridades energéticas, completando su valía un importante currículo financiero.En abril de 1986 fué nombrado director general de Campsa a donde accedía desde la dirección general del Banco de Crédito Industrial.
Inició su carrera en el grupo del Banco Popular, como analista auditor hasta llegar a director de la oficina principal y de inversiones en el hoy Banco Popular Industrial. Ocupó durante tres años la dirección general del Banco Latino, que abandonó al ser absorbido por Rumasa.
A partir de ese momento comienza su dimensión pública como primer director de la Sociedad para el Desarrollo Industrial de Andalucía (Sodian), desde donde pasa a la dirección económico-financiera de la Empresa Nacional de Electricidad (Endesa), y posteriormente a la dirección del Banco de Crédito Industrial.
Hasta hace unos días era consejero del Instituto Nacional de Hidrocarburos y del Saudesbank como representante del holding energético español.
Con las alas cortadas
Jacobo Argüelles, miembro de una de las tradicionales familias del banco, es uno de los perjudicados de la actual remodelación al dejar la dirección general del área bancaria y financiera para pasar a ocupar el sillón de consejero que deja vacante su padre, Jaime Argüelles.Mano derecha del hasta hace poco vicepresidente de la entidad, López de Letona, desde la dirección general cuantificó el agujero del banco provocado por errores de gestión de años anteriores. Levantar ampollas del tamaño de las que han surgido en el consejo de la entidad financiera tras la crisis interna significa que, al final, se paga la factura.
Ahora, Jacobo Argüelles, entra en el consejo, órgano que, por otra parte, abandona su padre, Jaime Argüelles, que además de ocupar una vicepresidencia en la entidad financiera, preside la compañía la Unión y el Fénix. El papel de la familia Argüelles, que apoyó de forma clara a José María López de Letona en su intento de sanear la entidad y llegar a ocupar el papel principal en Banesto, aparece ahora oscurecido. Jacobo Argüelles había sido designado como posible consejero delegado para el momento en que López de Letona accediera a la presidencia.
Un franquista defenestrado
Federico Silva Muñoz, ex ministro de Obras Públicas en la época de Franco, ha sido uno de los que han saltado de su asiento de consejero de Banesto en la nueva etapa. Era el único político que, tras la muerte en accidente de Gregorio López Bravo, quedaba entre los consejeros del banco.Más político que otras cosa, Silva Muñoz intentó durante los años de la transición democrática tender un puente entre la extrema derecha y la derecha "civilizada" de Manuel Fraga.
Como presidente del partido extraparlamentario Derecha Democrática Española (DDE) quiso englobar a la derecha sobre la idea de la unidad de España, preocupado como estaba por la construcción del Estado de las autonomías.
Estos ideales no le impidieron, sin embargo, presentar junto con otros 20 ex ministros un recurso contra la congelación de sus pensiones decidida por el Gobierno socialista. Recurso que fue desestimado.
Nació en Benavente (Zamora) hace 64 años, está casado y tiene siete hijos. Es abogado del Estado, letrado del Consejo de Estado, ex procurador en Cortes de designación directa y consejero de Campsa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.