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Batalla campal para elegir al sucesor de AImirante

Juan Arias

El viejo león fascista Giorgio Almirante, de 73 años, tras 40 de intensa actividad política, ha salido de escena tristemente humillado y abucheado en el congreso nacional de su partido, el Movimiento Social Italiano (MSI), que acaba de celebrarse en Salerno a palo limpio. Su única consolación ha sido el conseguir imponer finalmente a su delfin, Gianfranco Fini, un periodista de 35 años, como nuevo secretario del partido.

Incluso el nombramiento de Fini fue causa de amargura para el anciano fascista Almirante, ya que la votación -que duró una noche entera- fue tan dura que acabó con tina victoria que ha dividido en dos al partido. El nuevo secretario, que no obtuvo la mayoría absoluta en el primer escrutinio, tuvo que someterse a otra votación con su gran contrincante, el duro Pino Rauti, 30 años mayor que él, acusado de haber estado implicado en el trágico atentado de la Piazza Fontana de Milán. Fini ganó al final por sólo 727 votos contra 608. Almirante, que hubiese deseado una victoria completa de su delfin, anunció desairado que renunciaba también a la presidencia del partido y que dejaría también el Parlamento Europeo, del que: es diputado. El anuncio de Almirante desencadenó un polvorín. Unos lloraban a voz en grito, otros chillaban y gesticulaban como energúmenos. En la sala empezó una batalla campal entre los dos bandos a puñetazo limpio. Y cuando se dieron cuenta de que la televisión estaba filmando se llevaron en vilo a los cámaras a la calle, diciéndoles: "No se olviden ustedes de que aquí, a quien no obedece, se le pega fuerte".

Durante la lectura de los votos, el espectáculo fue increíble. Cada vez que el presidente leía el nombre de Rauti, sus secuaces -curiosamente, la mayor parte jóvenes- entonaban el himno fascista de Roina con la mano en alto.

La mitad del partido, sobre todo la nueva generación, considera al delfin "hecho en probeta, frío, pragmático, arrogante, oportunista y hasta antipático". Los jóvenes dicen de él: "¿Para qué nos sirve un líder que se avergüenza de ponerse la camisa negra?". El nuevo líder responde: "Nuestro fascismo no es el de las parodias del pasado".

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