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Los candidatos a la presidencia surcoreana libran la 'batalla de los mítines'

Se calcula que entre 400.000 y 1,5 millones de personas asistieron a los actos que el pasado fin de semana celebraron los cuatro aspirantes a la presidencia de Corea del Sur de más peso de una lista que se ha reducido a siete tras la retirada de la diplomática socialista Hong Suk Cha, que anunció el sábado que respaldará la candidatura del centrista Kim Young Sam, líder del Partido para la Reunificación Democrática (PRD).

A falta de sondeos, cuya publicación está penada hasta con tres años de trabajos forzados, los principales candidatos en la enfervorecida campaña para las elecciones presidenciales surcoreanas del próximo día 16 miden su popularidad en la capacidad de convocatoria que producen su mítines.Los analistas resaltan el peso psicológico que ha podido representar para Kim Young Sam, abogado protestante, el reunir el sábado por la tarde, en la isla de Yoido, en el sur de Seúl, a cerca de un millón y medio de seguidores. Hay guerra de cifras y algunos estiman que la afluencia no superó el millón de personas. En cualquier caso, Kim Young Sam logró igualar, y hasta posiblemente rebasar por un ligero margen, la riada humana que se dio cita en ese mismo lugar hace una semana para escuchar un vibrante y emotivo discurso de Kim Dae Jung, el otro dirigente de la oposición que decidió presentarse por su cuenta en estos comicio s por el Partido para la Paz y la Democracia (PPD).

La escisión entre los dos líderes, de la oposición perjudica sus posibilidades de triunfo y favorece las del candidato oficialista, Roh Tae Woo, jefe del Partido para la Justicia Democrática (PJD). Este ex general fue autor de las medidas democráticas exigidas por la oposición con protestas callejeras la pasada primavera y que han hecho posible la celebración de elecciones presidenciales por sufragio universal después dé 16 años.

Roh Tae Woo consiguió igualmente un éxito nada despreciable el sábado por la tarde en el feudo de Kim Young Sam, Pusan, la segunda ciudad surcoreana, a unos 300 kilómetros al sur de Seúl, donde su mitin, en el que se produjeron algunos menores incidentes como el de lanzamiento de piedras y de bombas lacrimógenas, fue seguido por medio millón de personas.

Alegato democrático

"No estoy aquí para buscar apoyo en favor de la dictadura, sino de la democracia", dijo este ex general reformista, estrechamente vinculado al régimen autoritario del presidente Chun Doo Hwan y con el que participó en el golpe de Estado del 12 de diciembre de 1979. La oposición acusa a Roh de cometer abusos en la campaña comprando votos y utilizando todos los recursos que el Gobierno pone a su alcance.Los dos Kim sostienen que es imposible de Roh venza en las urnas sino es por fraude y avisan que eso provocará graves desórdenes públicos. En un afán por desmarcarse del presidente Chun, afán que muchos juzgan desesperado, Roh Tae Woo se ha comprometido a investigar las irregularidades y los abusos cometidos por el presente Gobierno. No se sabe bien si su intención es la de llegar hasta el castigo de los responsables.

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Kim Dae Jung, que ayer tuvo problemas en la provincia de Kyongsag, donde probables seguidores de Kim Young Sam le arrojaron las piedras e incendiaron dos automóviles para forzar su retirada d ela campaña, tuvo igualmente un baño de multitud el fin de semana con un encuentro el sábado con sus paisanos de Kwangju, al suroeste de Seúl.

Alrededor de 700.000 personas se estima que asistieron a un mitin en esa ciudad, tristemente famosa por el aplastamiento de una insurrección popular ocurrida en mayo de 1980, pocos meses antes de que Chun Doo Hwan asumiera definitivamente la presidencia tras el golpe de Estado de diciembre de 1979. El Gobierno acusó entonces a Kim Dae Jung entonces de ser el incitador de la rebelión en la que murieron, según cifras oficiales, la menos 191 personas.

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