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El autogobierno vasco es una reivindicación al margen de ETA, asegura Garaikoetxea

Las reivindicaciones de autogobierno vasco deben ser atendidas "al margen de que exista o no ETA", afirmó anoche Carlos Garaikoetxea, líder de Eusko Alkartasuna (EA), en una conferencia pronunciada en el Club Siglo XXI. Aseguró que su partido concibe el derecho de autodeterminación de Euskadi como una salvaguardia permanente, sin perjuicio de aceptar fórmulas de corte federal con los pueblos de España, siempre que éstas no constituyan "una trampa uniformizadora".

En una cena posterior al coloquio, Garaikoetxea se mostró partidario de un "gesto de reconciliación" como la concesión de indultos a los terroristas implicados en los delitos de sangre si "al final de los finales" la paz esuviese garantizada. El líder de Eusko Alkartasuna añadió que "cuanto menos se hable de esto será mejor".Carlos Garaíkoetxea dedicó gran parte de su conferencia en el Club Siglo XXI ajustificar la ausencia de su partido del pacto antiterrorista. "Nosotros", dijo, "estamos frente a la violencia de ETA desde nuestra discrepancia, que no tenemos por qué ocultar, con el Gobierno del Estado".

Garaikoetxea explicó que su partido había defendido un gran esfuerzo de diálogo para la paz, primero entre las fuerzas vascas, para exigir después respeto a tal consenso en Euskadi y en Madrid.

A juicio de Garaikoetxea, el pacto de Madrid ha invertido el proceso, sin un compromiso de respetar el resultado de la negociazión en Euskadi.

"Es preciso sentar las bases para lograr una paz duradera, con ETA o sin ETA, con esta ETA u otra que pudiere surgir en el futuro", dijo el líder de Eusko Alkartasuna, quien también reconoció que la ocasión es propicia para desarraigar la violencia. Entre otras razones para ello, mencionó el progreso en la conciencia de la sociedad vasca contra la violencia, el cansancio de la propia ETA y de su entorno, así como la contención de la catastrófica tendencia económica de la primera época de la transición.

Garaikoetxea expresó también una serie de puntos que calificó como "grandes líneas de un acuerdo de paz". Una vez reconccida la legitimidad del derecho a la libre determinación, podría establecerse, a su entender, "una moratoria en la exigencia de la necesaria reforma constitucional".

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Asimismo, mencionó el respeto a la voluntad de los navarros; el pleno desarrollo del Estatuto de Gernika, y un plan de reconciliación y reintegración de presos y exiliados.

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