Suráfrica, unidos ante el dolor.
Un hombre de color que esperaba la llegada a Johanesburgo del Boeing 747 de las Líneas Aéreas Surafricanas (SAA) procedente de Taibei (Taiwan) es consolado por un empleado de la compañía tras conocerse la noticia del hundimiento del avión en el océano Índico, en las proximidades de la isla Mauricio. El avión desapareció en la madrugada del sábado con 160 personas a bordo, entre pasaje y tripulación, poco después de que el piloto lanzara un mensaje de ayuda en el que advertía de la existencia de un incendio. Las escenas de dolor se multiplicaron ante los mostradores de la SAA a medida que se iban perdiendo las esperanzas de que hubiese supervivientes.
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