Antonio Díaz Miguel

vivió una amarga experiencia en su segunda aparición como comentarista de baloncesto cuando varios seguidores del Joventut decidieron dedicarse a increpar al seleccionador para torpedear su trabajo en TVE. Los insultos fueron insistentes, mientras Díaz Miguel trataba de explicar jugadas, pero el técnico, a pesar de las indicaciones del narrador de TVE, que estaba dispuesto a cortar la transmisión, siguió al pie del cañón y no abandonó su posición de comentarista.