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Los secuestradores de la hija de Kimera usaron un coche con matrícula de Gibraltar

Cuarenta horas después del secuestro de la niña Melodie Nakachian, de seis años, hija de la princesa coreana Kimera, la familia asegura que aún no ha habido ningún contacto con los autores del hecho. En la casa de los Nakachian se observaba ayer por la tarde cierto ambiente de nerviosismo. No obstante, todos los indicios hacen pensar que el caso no tendrá un rápido desenlace. Según fuentes policiales, uno de los coches empleados por los delincuentes llevaba placas de matrícula de Gibraltar.

ENVIADO ESPECIAL, "No sabemos nada. No ha habido ningún contacto con los secuestradores desde que se llevaron a la niña. Sólo muchas llamadas de personas interesándose por nuestra situación y ofreciendo su apoyo", dicen fuentes próximas a la familia del multimillonario Raymond Nakachian, de nacionalidad libanesa.La niña Melodie fue secuestrada cuando era transportada en un automóvil BMW, de color rojo, hacia el colegio Aloha, de Marbella, donde también estudia el hijo de Gunilla von Bismarck. En el coche viajaba también su hermanastro Raymond, la esposa de éste y una hija de ambos. Algunos rumores apuntan la posibilidad de que fueran acompañados por un guardaespaldas, aunque este extremo no ha sido confirmado por la familia.

El secuestro se produjo sobre las 9.30 de la mañana del pasado lunes. El coche de la familia Nakachian apenas se había distanciado un centenar de metros del chalé que habita en la urbanización Atalaya Alta. En ese momento, el turismo fue interceptado por una furgoneta blanca, mientras que otro coche les cerraba la huida por la parte trasera.

Raymond, el hermanastro de Melodie, ha relatado que "salieron de los coches tres o cuatro individuos con la cara tapada con pasamontañas. Llevaban armas largas y una pistola, además de un spray".

Sin fallos

Sin pronunciar una sola palabra y en una acción aparentemente sin fallos, los asaltantes cogieron a la pequeña Melodie sin dudar ni un instante. Tal circunstancia hace pensar que los autores del secuestro conocían perfectamente a su víctima, según fuentes policiales."No hay mucho que discutir. Está en juego la vida de una niña de seis años", dijo anoche el abogado Jaime Torreabadella, que actúa como portavoz de la familia Nakachian, al ser preguntado si ésta se halla dispuesta a negociar el precio del rescate de la niña.

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Según el abogado Torreabadella, los secuestradores inmovilizaron al hermano de la niña colocándole una pistola en la nuca. Tras apoderarse de la pequeña, uno de los asaltantes rajó con una navaja los neumáticos delanteros del automóvil en que viajaban ésta y sus familiares para impedir que los siguieran.

La policía, a cuyo frente se halla Ricardo Ruiz Coll, jefe de la comisaría de Estepona, sigue el rastro de la furgoneta blanca empleada por los secuestradores. Se sabe que dicho vehículo tenía un golpe en la chapa de la parte delantera izquierda, con posibles restos de pintura roja.

Pese a los rastreos e investigación que se realizan desde el mismo momento del secuestro, la policía únicamente parece contar con la pista de que uno de los coches empleados por los delincuentes llevaba placas de matrícula de Gibraltar.

Fuentes próximas a la familia de la princesa Kimera, famosa cantante de ópera rock, asefuraron ayer tarde a EL PAÍS que no habían recibido con anterioridad ningún tipo de amenazas.

Fuentes cercanas a la familia de la niña repetían ayer incesantemente que el único móvil posible para el secuestro es el económico, "aunque la princesa y su esposo no tienen tanto dinero como se dice por ahí". Al mismo tiempo, tanto los portavoces oficiales como los oficiosos mantenían que la familia está abierta al diálogo, dando a entender veladamente que está dispuesta a negociar el precio del rescate.

Hasta el momento, todo son especulaciones en torno a la autoría del secuestro. Mientras la creencia popular sostiene que el golpe parece obra de profesionales de tipo mafioso, la policía también se maneja la hipótesis de que se trate de deIincuentes comunes sin relaciones a nivel internacional.

Uno de los aspectos más sospechosos se refiere al hecho de que los secuestradores llevaran la cara tapada con pasamontañas. Tal circunstancia induce a pensar que los autores pudieran resultar conocidos para los familiares de la víctima o bien porque su rostro pudiese ser fácilmente identificable para la policía. "Pero esto no son más que hipótesis", comentan fuentes policiales.

En círculos de la jet set marbellí se relaciona el secuestro de la pequeña Melodie con la reiterada aparición de su madre en las páginas de las revistas a raíz de que hace unos meses decidiera establecer su residencia en la urbanización Atalaya Alta de Estepona.

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