Velatorios vergonzantes
Hoy, día 4 de noviembre de 1987, hace 15 días que falleció mi padre en el hospital Clínico de Madrid.Esta carta es para denunciar, ya no las deterioradas habitaciones de la planta cuarta, por ejemplo, sino el vergonzante sótano-velatorio que posee dicho edificio.
Ya al salir del ascensor que da al citado sótano es como entrar en las cloacas: pasillos llenos de cajas de cartón amontonadas, tubos que cuelgan del techo haciendo todo tipo de ruidos y despidiendo vapores cual olla exprés, pasillos sucios y, oscuros y, al final, los velatorios con separaciones donde se sitúa al recién fallecido y al lado otro habitáculo con sillas que compartes con la familia del fallecido contiguo. Como dichas separaciones no llegan al techo, se unen las lamentaciones de todos los familiares, con un olor especial y nada agradable que reina en el ambiente. Y yo pregunto, ¿hasta cuándo?- María Concepción Valcarce.
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