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Su última jugada

El 27 y 28 de octubre pasados, unas horas después de que una borrachera inoportuna le impidiera suicidarse, José Luis Ybarra parecía decidido a salir del bache. Bajo una fuerte presión psicológica, rebuscó el dinero que le quedaba en sus cartillas de ahorros e intentó una jugada a la desesperada.El inversor arruinado empleó los restos de su antigua fortuna en comprar lotería y en apostar a la loto. Quería ver si "Dios ponía su parte y yo buscaba la oportunidad", según dice en la carta dirigida al juez.

Pero la suerte no favoreció a Ybarra. Gastó sus últimos ahorros y con gesto resignado comprobó que no había obtenido el menor premio. "Esto sólo me ha servido para pasar una semana de ansiedad y angustia y preparar mi muerte de manera menos trágica", confiesa en su escrito.

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