Preocupa la mala racha de Arantxa Sánchez Vicario en los últimos meses
Arantxa Sánchez Vicario, que cumplirá 16 años el próximo mes, irrumpió con descarada fuerza en el inundo del tenis femenino. Tras ganar el Campeonato de España a los 13 años (1985), llegó a los cuartos de final de Roma y del Roland Garros, y en el pasado mes de septiembre fue elegida por sus compañeras como "la mejor promesa" del año. Sin embargo, desde el Roland Garros sólo ha ganado dos partidos en los seis torneos que ha jugado, y en su entorno, en el cual se reconocen errores de planificación, existe una seria preocupación por esta racha negativa.
Arantxa Sánchez Vicario se ha visto afectada por una serie de errores de planificación. En poco más de dos años ha tenido cuatro entrenadores distintos, cuando en la formación de un jugador es muy importante mantener una relación estable y constante con un solo técnico. Además, Arantxa, que aún debe mejorar muchos aspectos de su juego, ha participado desde Roland Garros en más torneos en pista rápida que en tierra batida, donde se ha criado. Sólo ha ganado dos encuentros -en tierra-, y las derrotas en las pistas rápidas han afectado su confianza."Una chica de 15 años", explica una persona cercana a Arantxa, "gana los partidos sin saber por qué. Llega de arrasar a todas las niñas de su edad y está pletórica de moral. De repente pierde un partido, y no sabe qué es lo que falla. Y si además se la envía a jugar torneos de pista rápida, donde siempre pierde en la primera ronda, la confianza se convierte en desconcierto total. Ahora mismo, Arantxa está totalmente desconcertada".
Cuatro entrenadores
La menor de la saga de los Sánchez Vicario comenzó a demostrar su potencial con Andrés Gimeno como entrenador. Pero su estallido se produjo cuando entrenó con el holandés Eric van Harpen en el Colegio Alemán de Marbella. Ganó el campeonato de España y entró con buen pie en el circuito profesional. Diferencias económicas impidieron que Arantxa continuase entrenando con Van Harpen. Entonces entró en escena Manuel Orantes, el capitán del equipo español de Copa Davis. Orantes planificó la actual temporada de Arantxa, pero el programa sólo se siguió en los primeros meses. Arantxa entrenaba con Orantes en Barcelona y, cuando éste viajaba a los torneos importantes, para preparar la Copa Davis, aconsejaba a la jugadora. Todo funcionó bien hasta Roland Garros. Pero en Wimbledon se produjo el divorcio.La derrota de Arantxa en la primera ronda afectó más de lo que parecía a la jugadora española. En el torneo junior, que en un principio no quería jugar, Arantxa jugó sin ambición y perdió en la segunda ronda mientras sus hermanos, Javier y Emilio, la abroncaban desde la banda por quejarse en exceso de una torcedura de tobillo. La actitud de Orantes, que no viajó a Wimbledon, fue valorada muy críticamente por el entorno de Arantxa. "No fuí a Londres porque no me parecía interesante para mi trabajo de capitán de Copa Davis", dijo Orantes.
Debido a los dolores en el tobillo, Arantxa no participó en los torneos de tierra batida que siguieron a Wimbledon. Por contra, jugó en la Copa Federación y en el Open de Estados Unidos, en pistas de cemento; en Hamburgo y en París, en tierra; en varias exhibiciones, y en Brighton, en pista rápida. El programa de Arantxa, fundamentalmente elaborado con la ayuda de sus familiares, continuaba después con torneos en pista rápida, pero, a recomendación de McCormak, el apoderado internacional que la representa, la jugadora española suspendió sus actividades.
Mientras tanto, Arantxa tiene nuevo entrenador, Antonio Hernández, con el que viaja a los torneos y realiza su preparación en Barcelona. Antonio Hernández es un joven ex jugador de segunda categoría que tiene gran amistad con William Pato Alvarez, el entrenador de Emilio y Javier Sánchez Vicario, pero que no goza de experiencia en el mundo de la alta competición.
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