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El túnel ferroviario más largo de España, cerrado desde que se terminó, hace 27 años

Los vecinos de la merindad de Valdeporres, una zona burgalesa colindante con Cantabria, han solicitado a la Administración autonómica que dé un uso al túnel de la Engaña, construyendo en su interior una carretera que una estas tierras del norte de Burgos con la vega del Pas. El túnel, que fue una de las obras más ambiciosas de la época franquista -19 años se emplearon en su construcción-, es el más largo de España, con siete kilómetros de longitud, y está totalmente finalizado desde hace 27 años, pero por él nunca llegó a pasar el tren.

El túnel es el último tramo construido de la línea Santander-Mediterráneo, un gran proyecto concebido a principios de siglo, que pretendía facilitar la comunicación entre los puertos de Santander y Valencia. El proyecto fue aprobado por las Cortes Españolas en 1905, y poco después se iniciaban las obras con gran brío. En 1940, cuando ya se habían construido unos 600 kilómetros de los 734 que debían formar la línea férrea, las obras llegaron a la merindad de Valdeporres, transformando la vida de la comunidad, que vio en este tren una promesa de prosperidad.Alrededor de Engaña, un monte que divide el norte de Burgos con el valle del Pas, se montó un gran dispositivo, y la obra de construcción del túnel fue saludada como una de las grandes realizaciones del régimen. Tres destacamentos de presos republicanos -unos 250 hombres- contribuyeron con su esfuerzo, y en concepto de redención de penas a la tarea, en la que trabajaban otros 150 civiles.

En aquella temprana posguerra se vivían tiempos duros, y la gente de la comarca vio en las obras una buena oportunidad de sustento, aunque el trabajo se las traía, como recuerda José López

Ruiz, más conocido por Pepe Nino. "El trabajo se realizaba en unas condiciones durísimas, no teníamos casi maquinaria y el túnel fue excavado a mano y con martillos de aire". Las obras duraron diecinueve años y se cobraron en diversos accidentes once víctimas. Otros muchos trabajadores resultaron heridos, y muchos, como Pepe Nino, quedaron marcados para siempre por la silicosis.

Pero Pepe Nino, que hoy cuenta 76 años, nunca olvidará el día en que en la mitad del túnel, como en las películas, los obreros que trabajaban en una y otra boca del túnel derribaban la última piedra y se encontraban. "Fue un día grande, en el que se nos olvidaron todas las penalidades". Lo más difícil, el túnel, ya estaba hecho, y quedaban poco más de 60 kilómetros para que el tren llegase a Santander.

Pero en 1960 las obras se paralizan, sin saber muy bien por qué. Los vecinos de ambos lados de la Engaña siguen pensando que los vascos tuvieron mucho que ver, debido a la eventual competencia que el puerto cántabro haría al bilbaíno.

Tras el abandono de las obras y los sucesivos pillajes, el panorama es hoy deprimente, y un aire fantasmagórico preside el ambiente, que recuerda una imagen típica de película del Oeste.

Hace unos pocos años, el Gobierno regional daba definitivamente el carpetazo al tren de Santander-Mediterráneo. Las obras no sólo no finalizarían, sino que el tren, que desde hacía muchos años venía haciendo el recorrido Valencia-Dosante dejó de funcionar.

"Vergüenza nacional"

Para el alcalde de Pedrosa de Valdeporres, José Antonio Escudero, tener sin utilizar este túnel, que ha costado tantos esfuerzos económicos y humanos, "es una vergüenza nacional". A través de los diputados regionales del CDS, partido en el que milita el alcalde, los 600 habitantes de la zona han hecho una propuesta al Gobierno autonómico para que se construya en el interior del túnel una carretera. De hecho, hasta que su entrada fue tapiada, muchos camioneros y particulares lo utilizaban para pasar a la vecina Cantabria.La construcción de esta carretera no sólo beneficiaría las comunicaciones entre estas dos comarcas ganaderas, sino que sería muy beneficiosa para la comunicación entre Cantabria y la meseta, al evitar el paso por Carrales y el Escudo, con frecuencia cerrados o intransitables.

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