_
_
_
_
_

Propinas en China

¿Será una nueva forma de revolución cultural? Treinta años después de la prohibición de la propina en China, rápidamente decretada por los comunistas tras su llegada al poder en 1949, las autoridades de Pekín toleran, oficiosamente, esta práctica con todo lo que tiene de capitalista. Mao Zedong se revolvería en su tumba si lo supiera; un sacrilegio, una traba a los sacrosantos principios de la ortodoxia comunista. De hecho la nueva realidad socioeconómica de China puede explicar la vuelta de este fenómeno que es sinónimo de sociedad de consumo. Después de los excesos de la revolución cultural (1966 y de la muerte de Mao (1976), los nuevos dirigentes han puesto en cuestión ciertos aspectos fundamentales del período anterior. El principal artífice de este cambio, Deng Xiaoping, ha permitido la introducción de algunos conceptos capitalistas de los que el más pertinente es "el salario según el mérito". La reforma del trabajo y de los sueldos (1986) ha puesto fin al sistema maoísta del igualitarismo ante el empleo. Desde ahora el obrero de la gran ciudad industrial y el modesto empleado serán remunerados según sus respectivos rendimientos. Los taxistas chinos emplean la misma táctica que sus colegas de Río de Janeiro o Bangkok: pretextan falta de moneda para no devolver el cambio. Hay que preguntarse si los herederos de Mao no son ya hijos del 717o Sam. Los chinos y su "realismo socialista" nunca dejarán de asombramos.25 de octubre

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_