El Che , Lenin y los ausentes

Había pancartas con las imágenes del Che y de Lenin. Y jóvenes con bicicletas. Ancianos que ondeaban banderas rojas y tricolores. Y un hombre que, en solitario, portaba un cartón con una leyenda escrita en francés: "Francia libre saluda a sus hermanos de España".Y hay alguien que comenta cada vez somos más viejos. Parece que fue ayer mismo cuando gritábamos no a la Otan". Y aprieta con fuerza la mano del niño que le pide una Coca-Cola mientras trata de arrastarle hacia un burger.

Y los ausentes que fueron, sin duda, los protagonistas de la jornada. Se hablaba mucho de ellos, se les buscaba entre la gente, pero se les veía muy poco. Alguien comentaba con sorna que ellos, los socialistas, eran como especies en estinción. Luego se sabría que, algunos, muy pocos, sin banderas ni distintivos, iban al final de la manifestación, tras la pancarta del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad, y que de ellos, algunos, no cubrieron la totalidad del recorrido. Tras ellos ya no iba nadie.

Antonio Gala, subido en una tarima, flanqueada su cabeza por los carteles de la Caixa y Plásticos El Pilar -como espúreos patrocinadores del acto- diría luego: "Yo no hablo de partidos; que cada cual pertenezca al que quiera, o que no pertenezca a ninguno".

"Eso reivindicamos hoy", dirá Gala, "por encima de cualquier bandera, de cualquier opinión y cualquier discordancia. Los españoles y españolas de hoy, los españoles y españolas de mañana queremos -liberados de bases extranjeras- formar parte de una Europa unida y dejar un mundo sin miedo a nuestros hijos".

Pero los partidos estaban allí, con sus pancartas y sus banderas. Perfectamente diferenciados unos de otros. Sin quererse mezclar. Estaban Santiago Carrillo, Ignacio Gallego, Enrique Curiel, Marcelino Camacho, cada uno como ausente.

Partir por el eje

Antonio Gala dirá después, allí, debajo de un cartel de Diners Club: "Nos oponemos a los egoísmos nacionales que, cuando la tensión se relaja, cuando los dos bloques parecen suavizarse, proponen un tercer bloque y lo llaman Eje París-Bonn, lo cual sería comenzar otra vez a partirnos por el eje".

Pasa una charanga a ritmo de pasodoble. Aprieta ya el calor.

"A un pueblo entero no hay razones de Estado ni solapadas razones políticas que le hagan renunciar a su palabra dada", leerá Antonio Gala. "Ni a la paz, ni a la palabra vida".

Son casi las dos, y enfrente justo, una pareja ha instalado una mesa de tijera y vende bocadillos, cervezas y refrescos. Y pipas y caramelos. Un viejo ofrece pistolas de plástico en un puestecito de la plaza de España.