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LA BATALLA DE LA UNESCO

M'Bow retira su candidatura a la reelección, pero desgasta las posibilidades de Mayor Zaragoza

Lluís Bassets

Amadou Mahtar M'Bow, actual director general de la Unesco y candidato a la reelección, se retiró ayer antes de la quinta votación del Consejo General de la organización, justificando el gesto en que no desea ser "un candidato contra el consenso". El Consejo General seguía reunido esta madrugada, embarrancado en una bizantina discusión de procedimiento. La elección o la proclamación del candidato español, el biólogo Federico Mayor Zaragoza, que ayer se daba como muy probable, se vio seriamente comprometida al hacerse pública la carta de renuncia de M'Bow, en la que el director general del organismo criticaba los "chantajes, presiones y amenazas" que, en su opinión, tuvieron lugar durante la reunión para designar al nuevo director general.

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La ruptura de la universalidad

En la carta de M'Bow, dirigida al presidente del Consejo General, el actual director general habla de actos "de carácter político y diplomático", mediante los cuales no se ha reparado "en recurrir a medios de chantaje y desinformación, así como a presiones y amenazas de todo tipo" durante las votaciones. Según M'Bow, estos actos "constituyen una prueba reveladora del estado actual de las relaciones internacionales y de las preocupantes perspectivas para la cooperación multilateral y bilateral".El político senegalés da cuenta en la carta de su decisión "de pedir al Gobierno [de Senegal] que retire la candidatura que ha tenido el honor de presentar", por lo que no se puede decir propiamente que M'Bow se haya retirado, sino que ha pedido que le retiren.

Con esta carta, M'Bow lanzaba un torpedo a la elección o proclamación de Mayor Zaragoza, quien, incluso si fuese elegido, llegaría con un peso político muy menguado ante la Conferencia General para que su nombramiento fuese ratificado.

Ayer, una vez descartado M'Bow, un capítulo de la historia de la Unesco parecía ya cerrado, aunque se desconociese todavía con seguridad el nombre que debía identificarse con la nueva etapa y no hubiesen desaparecido todos los elementos que sitúan a la organización en una situación extremadamente crítica. El problema era la elección de un sustituto, sin que se produjeran divisiones de tal importancia que hipotecasen su ratificación por la Conferencia General.

Intensas negociaciones

Las últimas horas han sido de intensas negociaciones, con destacada participación soviética, destinadas a convencer a los africanos para que permitieran la elección de Mayor Zaragoza como candidato de consenso.

El aplazamiento de la última votación del Consejo General, el viernes, presentada por la URSS como el último plazo antes de la retirada de M'Bow y de la proclamación de Mayor Zaragoza, se convirtió en la práctica en una difícil negociación con los principales jefes de Estado africanos que han apoyado a M'Bow, para conseguir su acuerdo.

La posición soviética en esta negociación es de ventaja en cualquiera de los casos. Si se consigue la elección o la proclamación de Mayor Zaragoza, habrá sido el bloque socialista el protagonista principal en el momento decisivo para la Unesco.

Si el bloque árabe-africano se cierra en banda, como parecía ser el caso ayer a media mañana, la Unión Soviética tiene muchas posibilidades de convertirse también en el árbitro de la elección de un nuevo candidato de consenso, que empezaría a buscarse inmediatamente en función de las actuales posiciones enquistadas.

Todo llevaría, en tales condiciones, a un personaje salido del Tercer Mundo y presumiblemente del propio bloque que ha protagonizado la resistencia en favor de M'Bow. Para tal caso, el candidato español dejaría de contar y sería abandonado, justo en el momento en que ya acariciaba la victoria. Durante los intensos contactos de ayer, numerosos representantes africanos presentaban ya a Mayor Zaragoza como el hombre a batir, en los movimientos previos a la búsqueda de un nuevo candidato.

Candidato alternativo

El ex alto comisario de las Naciones Unidas para los Refugiados, Sadrudín Jan, se halla instalado en París desde hace unos días y, según algunas fuentes, mandó ayer por la mañana su biografía a varios embajadores anglosajones, en lo que se interpreta como una explícita disposición a aparecer inmediatamente como candidato alternativo, tras la difícil situación creada después de la cuarta votación.

El anuncio de la retirada de numerosos países occidentales en caso de la reelección de M'Bow ha sido la gota que ha colmado el vaso, según los representantes africanos, que consideran estas amenazas como un chantaje en favor de Mayor Zaragoza y desean impedir que este candidato sea consensuado.

El riesgo de este nuevo y rocambolesco camino es que el nuevo nombre se convierta, después de los primeros sondeos, en incompatible con el consenso. La sentencia de muerte de la Unesco estaría prácticamente firmada.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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