El plante de Azkárraga

El diputado Joseba Azkárraga no tramitará nuevas peticiones de reinserción social de presos condenados por delitos terroristas hasta que se resuelvan los casos pendientes. Azkárraga no se atreve a afirmar que el Gobierno le ha engañado, pero confiesa que empieza a tener esa sensación."No merece la pena abrir nuevos procesos de reinserción sin que se hayan cerrado los anteriores", declara el diputado de Eusko Alkartasuna por Guipúzcoa. Desde que comenzó a trabajar en las prisiones en 1983, encargado por el Gobierno vasco, ha conseguido sacar de las cárceles mediante indultos o concesión de la libertad condicional a más de 60 presos, previa renuncia de los interesados al uso de las armas.

En el mismo período han regresado a España con su mediación un centenar de exiliados, la mayoría sin procesos judiciales pendientes. Azkárraga reconoce que casi todos estaban desvinculados de ETA hace años, y en muchos casos sólo desean confirmar que pueden cruzar la frontera libremente, para después regresar a su trabajo en Francia u otro país.

El diputado vasco cree que la reinserción ha sido una vía digna para resolver muchos problemas personales y reintegrar a los antiguos activistas a la vida normal. Pero también ha servido, añade, para acabar en la primera fase con una organización terrorista, ETApm-VII Asamblea, y ha permitido en la segunda privar de razones para la continuidad a ETApm VIII Asamblea y a los Comandos Autónomos Anticapitalistas.

Sin embargo, ahora piensa que "no merece la pena" continuar mientras no salgan a la calle todos los que suscribieron el documento inicial de abandono de las armas y aguardan desde entonces, aunque confía en una pronta solución. "El Gobierno socialista", afirma, "se ha mostrado poco sensible, por no decir otra cosa, y ha mantenido una desconfianza absoluta hacia este proceso".

Los familiares no tienen reparos en hacerlo. En ocasiones se ha barajado el extrañamiento fuera de España para los casos más espinosos. En los últimos meses, según Azkárraga, a excepción de los cuatro indultos aprobados el viernes, el balance es irrisorio.