El nuevo plan económico argentino prevé congelar precios y salarios durante tres meses

El Gobierno argentino pondrá en marcha un nuevo plan de ajuste económico similar al llamado Austral, que se aplicó entre junio de 1985 y diciembre de 1986. En su primera etapa, calculada en unos tres meses, se "congelarán" los precios y salarios previamente reajustados. La inflación se ha disparado anticipándose a ese control y la Confederación General del Trabajo (CGT), de orientación peronista, ha abandonado todos los contactos que mantenía con los ministros para reclamar una entrevista urgente con el presidente Raúl Alfonsín.La demora del Gobierno en reaccionar luego de la severa derrota electoral que el Partido Radical sufrió en las pasadas elecciones parlamentarias del 6 de septiembre a manos del peronismo, agravó aún más la tensa situación social que padece el país. Los productos de consumo básico, como los alimentos, el transporte y los servicios públicos, aumentaron más del 50% en los últimos dos meses. En ese mismo período, el Gobierno sólo autorizó una subida del 10% en los salarios.

La soga de la deuda

La gruesa soga que ahoga al país se anuda en el crecimiento constante de la deuda externa, a pesar de la postergación de los pagos del capital hasta 1992 y del atraso en los tipos de interés. Argentina tendrá este año un superávit comercial de unos 900 millones de dólares, que es inferior en un 53% al del año pasado, a causa de la baja en los precios internacionales de sus productos de exportación y debe pagar todavía unos 4.000 millones de intereses. El Fondo Monetario Internacional parece dispuesto a conceder un "perdón" por los pagos incumplidos y a otorgar créditos compensatorios, a cambio de que se aplique nuevamente un riguroso ajuste en las cuentas internas del país.Este conocido plan, ahora bautizado "bienal" porque se propone proyectar la evolución económica hasta mediados de 1989 -fecha en que se deben celebrar las elecciones generales- tendrá, como el "Austral", una primera etapa en la que regirá un estricto control de precios y salarios para reducir la inflación a valores inferiores al 10% mensual. Pero, a diferencia de aquél, adelantará a empresarios y trabajadores cuáles serán los límites de aumento en los meses siguientes al "descongelamiento". El "paquete de medidas" incluye una apertura inédita en la economía argentina. Se privatizarán sectores importantes en las principales empresas del Estado y se ofrecerán los paquetes de acciones para capitalizar la deuda externa y transformarla en inversiones productivas. Al mismo tiempo se aprobarán nuevos impuestos para reducir el déficit fiscal, que actualmente supera el 7% del producto interior bruto.

Aunque el plan se mantiene en estricta reserva, las escasas medidas conocidas han desatado ya las críticas de la Unión Industrial Argentina, la Confederación General de Trabajadores y los partidos políticos de oposición. Todos coinciden en señalar que el Gobierno no ha aprendido la lección ni ha recibido el mensaje de la sociedad después de las elecciones y afirman que "se pretende convencer al país del acierto de una política económica que ya ha fracasado". El presidente Raúl Alfonsín, en uno de los discursos públicos que pronunció estos días con motivo de la visita oficial de François Mitterrand, ha insistido en que Argentina no desea apartarse del sistema financiero internacional pero se preguntó al tiempo: "¿cuánta pobreza resiste la libertad?".