Pujol advierte que no podrá controlar la presión popular si el Gobierno mantiene su política
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, advirtió ayer al Gobierno central que "o vuelve a la interpretación estatutaria de 1979 o el país entero reclamará el replanteamiento de la cuestión autonómica". Pujol hizo esta advertencia en el discurso con que comenzó el debate parlamentario anual sobre la orientación del Gobierno de la Generalitat. Pujol dijo que desea evitar la revisión del estatuto porque ello implicaría abrir un "período de incertidumbre política y de agitación", pero aseguró que no podrá mantener esta posición si el Gobierno continúa aplicando su actual política autonómica.
El presidente subrayó que todos los partidos catalanes consideran agotado ya el Estatuto de Autonomía, excepto AP, que, sentenció, "carece de tradición autonomista". Pujol dijo que, por su responsabilidad de gobierno, se resistirá a pedir la reforma del Estatuto, "para evitar", explicó, "que las energías del país se distraigan rediscutiendo todo su esquema institucional". El punto de ruptura sería, según anunció Pujol, la variación del actual equilibrio en la situación lingüística de Cataluña. "Si esto cambiara, por muy de acuerdo con los criterios constitucionales que lo hiciera", advirtió, "nos obligaría a decir: esta Constitución no nos sirve. Y, por desgracia, el pacto estatutario se rompería por el punto más peligroso".El presidente no especificó en su discurso qué peligros amenazan con modificar la actual situación lingüística de Cataluña, en sentido negativo para el catalán. Expresó su opinión de que el catalán se encuentra todavía en desventaja respecto al castellano, pese a haber mejorado mucho su situación en relación a años anteriores, pero no indicó qué riesgos se ciernen sobre este equilibrio para justificar la ruptura del pacto estatutario.
Como síntoma de involución autonómica, Pujol se refirió a la calificación del Derecho Civil catalán como un subsistema del Derecho Civil español, efectuada en la argumentación de un recurso de inconstitucionalidad presentado por el Gobierno contra la ley de adecuación de la compilación del Derecho Civil catalán a la Constitución. Añadió que, en la práctica, el Gobierno aplica también a la cultura catalana la consideración de subsistema de la cultura española y que de ello se desprende la pretensión de situar al catalán en una posición subordinada.
Pujol hizo, paralelamente, un balance claramente positivo de los siete años transcurridos desde que accedió a la presidencia de la Generalitat, insistiendo en su tesis, repetidamente expuesta, de que Cataluña progresa gracias al esfuerzo de su sociedad civil y a la actuación del Gobierno de la Generalitat, que no es más intensa porque la involución autonómica se lo impide.
En esta misma orientación, el presidente catalán contrapuso su visión optimista de la situación de Cataluña a la permanencia de serios riesgos sobre la consolidación de la autonomía catalana.
Resumió estos peligros en la insuficiencia financiera de la Generalitat y en la interpretación restrictiva del Estatuto efectuada por el Gobierno.
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