La política de alianzas

La política de alianzas que el Partido Comunista de España (PCE) formula ante su duodécimo congreso busca, según figura en el tercer capítulo de su documento político, configurar "un amplio bloque social y una mayoría parlamentaria" que sostenga "la alternativa de progreso de la izquierda" que los comunistas intentan configurar con su oferta programática. En ese proyecto se confiere "un papel muy importante al PSOE".Esa política incluye dos planos, el primero, y a corto plazo, la extensión y desarrollo de la coalición Izquierda Unida, dando mayor protagonismo a los independientes, la izquierda nacionalista y los movimientos sociales para lograr un nuevo equilibrio de las fuerzas en la izquierda que permita conseguir la articulación de ese bloque social.

La movilización social se entiende como una práctica normalizada de intervención política, evitando la institucionalización de los movimientos sociales en la que, según se reconoce en el texto, ha caído Izquierda Unida.

A ello se agrega, en un segundo plano "la cooperación con los sectores más a la izquierda de la 'familia socialista'". El texto subraya como "muy importante todo esfuerzo por estrechar lazos con dichos sectores" y se pronuncia por favorecer el acercamiento y la cooperación del PCE y del resto de las fuerzas de la "izquierda real" con "las corrientes más avanzadas del PSOE".

Dentro de la política de alianzas y con respecto a los sindicatos se plantea una nueva relación "de igual a igual entre dos organizaciones autónomas".

"Basado en ese nuevo tipo de relación", continúa el texto, "el partido consensuaría con los sindicatos afines apoyos recíprocos de interés común sobre aquellas cuestiones que se diriman específicamente en el campo sindical o político y parlamentario". Ello incluiría, según fuentes comunistas, no sólo a Comisiones Obreras, sino también a UGT.