España acorta distancias en la Copa Davis
España pierde por 2 a 1 ante Suecia en la semifinal de la Copa Davis de tenis, que se disputa en Barcelona, tras ganar ayer el partido de dobles. Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal derrotaron a Anders Jarryd y Mats Wilander por 6-0, 6-3, 2-6 y 6-4, en 2 horas y 14 minutos. Suecia, que ganó los dos individuales el pasado viernes, sigue siendo la clara favorita para jugar su quinta final consecutiva en la Copa Davis. La clasificación de España para la final pasaría por la victoria, hoy, de Emilio Sánchez Vicario ante Stefan Edberg (11.00 horas, TVE-2) y, a continuación, de su hermano menor, Javier, ante Mats Wilander. Mientras el triunfo de Emilio entra dentro de lo posible, el de Javier parece! utópico por la regularidad de Mats Wilander.
España llega viva al domingo. El primer objetivo de Manuel Orantes, el capitán del equipo español, ya está cumplido. Ahora ya sólo, queda esperar el milagro. Un milagro incluso mayor que el que se produjo en la pista talismán, en febrero pasado, cuando Sergio Casal ganó a Boris Becker. Para que España llegase a la fina. deberían perder dos de los tres mejores jugadores del mundo: Stefan Edberg y Mats Wilander, Ante Edberg, Emilio Sánchez, parece tener posibilidades, porque el español es un experto en la tierra batida y no debe dejarse, arrasar -como le ocurrió su hermano- por el juego de saque y volea del sueco. Javier, sin embargo, se encontrará con un Wilander pletórico de forma. Ten Irá más posibilidades de entrar en juego que ante Edberg, pero Wilander es más agnóstico que Becker a la hora de creer o colaborar en milagros.El éxito de seguir vivos hay que anotárselo a Sergio Casal, a Emilio Sánchez Vicario, a Manuel] Orantes, a Hasse Olsson, el capitán sueco, a Anders Jarryd y a Mats Wilander. Todos ellos colaboraron, por activa o por pasiva. Los jugadores españoles completaron un partido sensacional, pero Orantes les ayudó porque decidió que cambiasen las posiciones en que vienen jugando desde hace años. Así, Sergio Casal jugó a la derecha y Emilio a la izquierda. El balance fue muy positivo, porque Emilio jugó mejor los puntos de rotura de servicio y las ventajas propias -que debe jugar el que está a la izquierda- y Sergio se mostró más, relajado al no tener esa responsabilidad.
La colaboración sueca se inició en Olsson, que rompió la compenetración de Jarryd y Edberg -que siempre juegan juntos- al sustituir al segundo por Wilander. Jarryd falló muchísimos golpes, pero no siempre fue por culpa suya. Él es un jugador muy rápido que necesita un compañero con un servicio potente. Y Wilander no sirvió bien.
Salida en tromba
El día comenzó fatal para los suecos. Ya en la presentación del equipo hubo un pequeño despiste en la megafonía. En lugar del himno sueco sonó la canción Kungssangen, dedicada al rey de Suecia. El despiste siguió en el partido. Sorprendidos por la avaláncha de juego de los españoles, Jarryd y Wilander perdieron el primer set por 6 a 0 en 20 minutos antes de que tuviesen tiempo de sudar. Casal, en el servicio y en la red, y Emilio, en el resto de revés, pasaron a los suecos por todas partes; les rompieron el saque tres veces y ni siquiera les dejaron tener una sola ventaja para ganar un juego.
El público, además, colaboraba niás que otras veces. Comenzó coreando "¡ya tenemos uno!", al ganar el primer juego; siguió con aquello de Ieste partido lo vamos a ganar!"; se ensañó con un pobre sueco que era abucheado cada vez que empuñaba un megáfono, y terminó riéndose de los gestos de Jarryd. Conocido como el pájaro loco por algunos de sus compañeros, Jarryd se mueve tanto antes de un saque que parece imitar el boxeo de sombra.
Los suecos ganaron su primer juego a los 32 minutos de partido (1-1 en el segundo set), pero lo, restos de Emilio a los pies del que sacaba o las voleas de Casal cruzándose en la red no dejaban a Wilander y a Jarryd el mínimo tiempo necesario para reaccionar. Wilander perdió su saque en el octavo juego -con un resto de globo de Emilio con la caña-, y los españoles ganaron el set en 41 minutos. El ritmo desenfrenado de Sergio y Emilio remitió entonces, y los suecos ganaron el tercer set por 6-2 en 32 minutos.
Pero Jarryd tenía ayer el cerebro muy espeso. En el cuarto set perdió su saque en blanco en el tercer juego y, a partir de entonces, la red se convirtió en su lugar preferido para enviar las bolas. Además, cogió un enfado espectacular consigo mismo mientras Wilander trataba de calmarle con diálogos continuos. Emilio ganó sus servicios en blanco, y Casal se arrugaba lo suficiente para que el público desatase un despliegue de gritos de ánimo para evitar que la ventaja se esfumase. Con.5-4 para España, Casal no metió ni un solo primer servicio, pero aún así logró ganar el juego, el partido y el punto de la semifinal con una volea que Jarryd dejó pasar y que entró tres metros dentro de la pista.
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