Pilar Oriente

Marbella era para Pilar Oriente un recuerdo de infancia: "El lugar donde paraba el autobús para tomar el bocadillo". Nacida hace 35 años en Algeciras, por una alergia a la humedad vivía con sus tíos en Málaga y se pasó media vida en la carretera "sentada al ladito del conductor". Después de estudiar Económicas y de ocho años como concejala de Málaga, desembarcó en Marbella para pulir la perla del Ayuntamiento: el área de urbanismo. Ayer presentó su dimisión como concejala por haber llegado al convencimiento de no poder hacer "la más mínima gestión eficaz en el Ayuntamiento".

Le hacía "mucha gracia" que se la conociese como la delegada de Urbanismo que paralizó las obras y le bajó los humos a Jesús Gil presidente del Atlético de Madrid, que al final está siguiendo a pies juntillas las indicaciones municipales para regular sus construcciones ilegales. No pretendía convertirse en martillo de herejes urbanísticos, pero seguía denunciando las infracciones.Recuerda que ya hace unos años su ocurrencia de enviar un tampax a una exposición sobre diseño de objetos cotidianos le granjeó una enorme, y sorprendente para ella, popularidad: "Me llamaban la niña del tampax", se ríe, "pero es frustrante que después de ocho años de gestión se te conozca por anécdotas de este tipo".

Su vida al frente del urbanismo, "la principal industria de Marbella", fue "vertiginosa: lo mismo podía estar hablando con un vecino que quería cambiar las rejas de su ventana que con promotores árabes o ingleses que pretendían transformar millones de metros cuadrados. Es alucinante, pero también precioso".

Afirma que los urbanizadores que pasaban por su despacho, decorado con grandes cuadros contemporáneos y plantas, entraban "con actitud muy humilde y se notaba que les llamaba la atención encontrarse con una persona joven, de aspecto moderno, y además mujer. Les impone porque pensarán que para estar en este sitio debe ser una fiera". Pero estos resquemores no tenían fundamento: "Yo no suelo ser antipática. Aunque esté tensa hago un esfuerzo por sonreír y tratar amablemente a todo el mundo".

Pilar está divorciada y tiene una hija de nueve años, a la que trata de encontrar un profesor de ballet porque "lo hace bastante bien". Sus carencias en urbanismo, que para la gente de a pie "es como una ciencia oculta", las suplía "con buenos asesores, porque no se puede ser especialista en todo". En cualquier caso considera que después de tres mandatos municipales "la gestión urbanística no tiene tanta erótica de poder".

Su pasión fundamental es el cine, canta acompañándose de una guitarra, le encantan las tertulias con amigos, "que cada vez selecciono más", y consagra los fines de semana "a mi hija, que me lo exige". Si tuvieratiempo le gustaría viajar, declaraba antes de su dimisión.

Su dimisión, decidida sin consultar a su partido, y que fue formalizada ayer en la junta electoral de zona, se inscribe dentro de la profunda crisis que sufre actualmente el Ayuntamiento de Marbella, después del anuncio de dimisión, finalmente revocado, del alcalde Alfonso Cañas (PSOE), que denunció graves irregularidades urbanísticas y de gestión del anterior equipo de gobierno socialista.