¿Policía para que?
El pasado día 12, viernes, fui víctima de un robo con intimidación en el ascensor de la casa en laPasa a la página siguiente
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que vivo. Eran las dos de la tarde, y no había a esa hora servicio de portería. Esa misma tarde presenté la correspondiente denuncia en la comisaría del barrio.
El lunes 15 coincidí con una persona residente en la misma ubanización que el mismo viernes, y tan sólo 15 minutos más tarde, había pasado por el mismo trago que yo. Coincidimos en la descripción de sujeto, cuyo modus operandi resultó ser idéntico.
Quiso el azar que esta persona, a la que animé a denunciar los hechos ese mismo día, tuviese la oportunidad, cuando volvía de hacerlo, de ver a nuestro común agresor en la misma zona y, a su parecer, buscando nueva víctima a su hora habitual de trabajo.
Me puse en contacto telefónico con la comisaría. Me presenté como víctima y denunciante de los hechos ya aludidos, y alerté de la presencia del sujeto, al que describí una vez más, a pocas manzanas de la propia comisaría. La respuesta que obtuve fue la siguiente: "¿Qué quiere que hagamos, señora?".- Pilar Sacristán Represa.
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