Máximo anual con tensiones al cierre
Los mercados de valores han vuelto a salvar una difícil situación de manera positiva, gracias a la todavía notable resistencia a la baja de las cotizaciones, así como al repliegue de la oferta. El índice madrileño ha superado con holgura el 321%, pese al lastre de las eléctricas, químicas y Telefónica, en cuyos sectores las alzas, cuando las hubo, se limitaron a presentarse en forma de salpicaduras nada homogéneas y poco extrapolables al resto del mercado.Nuevamente, el granito de arena decisivo en la sesión lo puso el sector bancario que, aunque moderó sus subidas notables respecto a las jornadas anteriores, ha conseguido apoyar a alimentarias y siderúrgicas en su animación. Pero, de todos modos, la mañana del jueves en la bolsa ha servido para comprobar que el dinero ostenta una capacidad más que notable de esgrima y que es capaz de moverse con vertiginosa rapidez de corro a corro mientras existan expectativas alcistas que cotizar.
El papel no se ha interpuesto de forma beligerante en los corros marcados desde el primer momento por las intenciones compradoras, por lo que el máximo anual del índice deberá someterse, seguramente hoy mismo, a una situación más crítica en la que el papel enseñará las uñas con mayor convicción.
A última hora de la mañana los nervios comenzaban a dejarse sentir en un amplio colectivo de valores, como producto del aumento de tensión en paralelo con las cotizaciones. El hecho de que hasta alguno de los títulos siderúrgicos más calientes e inalcanzables por el desaliento hayan comenzado a flexionar a la baja de manera casi estrepitosa es uno de los indicadores menos tranquilizadores que manejan los bolsistas particulares. Los inversores institucionales permanecen a la espera de cambios más bajos para reposicionarse, en lo que parece el último intento de sacarle el jugo al tramo final de septiembre.
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