El fiscal pidió cinco años de cárcel para los atracadores del restaurante Gure Etxea

El fiscal y el ahogado de la acusación particular, Jaime Miralles, solicitaron penas de cinco años para Inmaculada Eguiguren, José María Collado y Alfonso Robles por su intervención en el atraco al restaurante Gure Etxea, de Madrid, ocurrido poco después de las dos de la madrugada del 9 de diciembre de 1984. Durante el robo resultó muerto uno de los atracadores, José Luis Díaz Padrino, por disparos del propietario del establecimiento, Ignacio Loinaz, que ayer declaró como testigo en el juicio.

En la vista, celebrada ante la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Madrid, sólo se juzgó la participación de los tres acusados citados en el atraco, pero no la supuesta responsabilidad de Loinaz en la muerte del atracador, que será objeto de un juicio distinto, en el que el fiscal pide la absolución del propietario del Gure Etxea por considerar los hechos homicidio con la eximente de legítima defensa. El padre del atracador fallecido ha pedido una pena de 14 años para Loinaz.José María Collado, el Coque, reconoció en el juicio su participación en el atraco y acusó a Inmaculada Eguiguren, cuñada de Ignacio Loinaz, de haber organizado el golpe y haberles facilitado los detalles del restaurante que permitieron llevarlo a cabo. Según Collado, Inmaculada conoció a su esposa, Pilar Torres, en la prisión de Yeserías, donde la primera se encontraba por haber pagado con un cheque en descubierto. A través de Pilar y de otra reclusa, Virginia Matesanz, se puso en contacto con él para organizar el robo.

Inmaculada negó que hubiera tenido intervención en la preparación del atraco por despecho a la familia de su marido, ya fallecido, y dijo que no conocía a Collado. Ante las contradicciones existentes entre las declaraciones, se celebró un careo entre ambos en el que cada uno se mantuvo en su versión.

Esposados

Los tres acusados se encuentran en libertad provisional por lo que se refiere a este proceso, si bien tanto Collado como Inmaculada Eguiguren, que compareció ante el tribuna muy elegante con un vestido plisado, se encuentran en prisión acusados de otros delitos. Los dos permanecieron esposados y custudiados por la Guardia Civil.

El tercer procesado, Alfonso Robles, negó su participación en el atraco, si bien en varias ocasiones anteriores, entre las que figura un careo ante el juez, había reconocido que intervino en el robo armado con una escopeta de cañones recortados.

Ignacio Loinaz, propietario del restaurante, declaró como testigo y relató los pormenores del atraco, señalando que los asaltantes llevaban una pistola, una escopeta y un estilete. Explicó que en un forcejeo que mantuvo con el del estilete, éste le asestó dos puñaladas, y se disparó la pistola que él llevaba, resultando muerto el asaltante.