El Papa pide una patria para los palestinos ante dirigentes judíos
El papa Juan Pablo II, en su segundo día de visita a Estados Unidos, señaló ayer en Miami ante dirigentes judíos norteamericanos que los palestinos tienen derecho a una "patria". Por la tarde, ante unas 200.000 personas, el Papa condenó la permisividad norteamericana, señalando que "la vida familiar está sometida a fuertes presiones desde el momento en que la fornicación, el adulterio, el divorcio y la anticoncepción son erróneamente considerados aceptables por muchos".
En la madrugada de ayer, hora peninsular, Juan Pablo II se entrevistó con el presidente norteamericano, Ronald Regan, para discutir sobre la situación política internacional -especialmente en América Latina-, la necesidad del desarme nuclear y la urgencia de que Estados Unidos contribuya a mitigar la pobreza del Tercer Mundo.Posteriormente, en su encuentro con los judíos del Consejo de Sinagogas de América, el Papa señaló que, tras el holocausto hebreo perpetrado por los nazis, los judíos tienen derecho a una patria. "Este derecho", agregó, "se aplica también a algunos palestinos", porque los musulmanes no son menos que los judíos o los cristianos. "Es tiempo de encontrar las soluciones que conduzcan a una paz justa, completa y duradera en aquella región".
De esta forma, Juan Pablo II replicaba a las críticas que había recibido de los judíos norteamericanos, a través del rabino Mordejai Waxman, por haber recibido al presidente austríaco, Kurt Waldheim, una persona que, según dijo éste, "nunca ha lamentado su pasado nazi".
Waxman señaló al Papa que se debe prestar mayor atención a las "raíces cristianas del antisemitismo", y solicitó explícitamente que el Vaticano reconozca al Estado de Israel, ya que "recientes declaraciones de dirigentes católicos declaran que no existen razones teológicas contra el reconocimiento'.
En la iglesia de Santa Marta, Juan Pablo II oyó el discurso del cura Frank McNulty, que actuó como portavoz de los sacerdotes norteamericanos, en el que le expuso la crisis de vocaciones, los problemas del celibato de los religiosos y "los servicios que la mujer puede prestar en la Iglesia católica".
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