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Dispara contra su mujer y luego se suicida de un tiro en la cabeza

Catalina Rodríguez Luna, de 44 años, murió en la noche del domingo de un disparo de escopeta presuntamente efectuado por su marido, Rafael Ruiz, de 46, que acto seguido se suicidó con el mismo arma, de un tiro en la cabeza, en el domicilio familiar, situado en el número 24 de la avenida de Menéndez Pidal, en Leganés. Fue una hija del matrimonio, la menor, quien, al volver a casa, descubrió a la madre, moribunda, con una herida en el tórax, sentada en el sillón del comedor.Catalina Rodríguez murió antes de poder recibir asistencia médica. Al parecer, después de disparar contra su mujer, Rafael Ruiz se dirigió a su dormitorio, se sentó en la cama y, colocándose la escopeta entre las piernas, se disparó un cartucho en la cabeza. El arma utilizada, del calibre 12, era propiedad del presunto parricida- suicida, que la utilizaba para ir de caza. La policía ha localizado dos cartuchos vacíos y otros dos sin utilizar.

El policía municipal de servicio en el centro cultural Julián Besteiro, colindante con las terrazas de la vivienda, manifestó ayer que hacia la medianoche del domingo oyó una fuerte discusión e inmediatamente después dos disparos. Según vecinos de la casa, eran frecuentes las discusiones a gritos entre ambos, debido, al parecer, por la afición del marido a la bebida.

El matrimonio tenía cuatro hijas, de las que tres vivían con ellos. Según algunos vecinos, en el momento de iniciarse la discusión estaban en casa las dos menores, Susana y Raquel, pero esta última fue enviada por su padre a tirar la bolsa de basura. Aunque la presencia de Susana y su novio no ha podido ser confirmada, varias personas afirman haberla visto salir gritando al balcón en el momento de los hechos. Fue Raquel,de 14 años la que llamó a la policía.

Por el momento, la policía desconoce los motivos que impulsaron a Rafael Ruiz al parricidio y posterior suicidio. Según parece, la familia atravesaba problemas económicos debido a que el marido, albañil de profesión, estaba en paro y enfermo. Los que la conocían definen a Catalina Rodríguez como una mujer normal que trabajaba de asistenta. A Rafael Ruiz le definen como un hombre normal al que la bebida le estaba destrozando.

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