Los ingresos fiscales superarán en 334.000 millones de pesetas lo previsto para 1987

Un informe utilizado por el Gobierno en la elaboración del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 1988 estima que los ingresos de Hacienda superarán en 1987 en 334.600 millones de pesetas la cifra presupuestada, 6,35 billones de pesetas. Esto supone un punto adicional de aumento en la presión fiscal, medida como porcentaje de los ingresos estatales respecto al producto interior bruto (PIB). Pero el esfuerzo de los contribuyentes no servirá de mucho para reducir el déficit público. La causa de todo ello radica en que también se prevé que los gastos rebasen en 300.200 millones de pesetas la cuantía autorizada inicialmente por las Cortes Españolas.

El informe que ha conocido el Consejo de Ministros sobre el probable balance de los ingresos y gastos del Estado al terminar el presente año indica que el déficit de caja ascenderá en 1987 a 1,467 millones de pesetas, apenas 34.400 millones de pesetas mer os que lo inicialmente presupuenado. Ello obedece a que, si bien los ingresos van a superar las previsiones en un 5,2%, también los gastos llevan una importante desviación, en este caso al alza, del 3,8%.Concretamente, la nueva previsión gubernamental señala que habrá 334.600 millones de pesetas de ingresos no financieros por encima de la cifra presupuestada, hasta totalizar los 6.653.900 millones. En cuanto a los pagos, serán de 8.160.900 millones, unos 300.200 millones de pesetas por encima de lo que autorizó inicialmente el Parlamento al aprobar los presupuestos para el año de 1987.

Estas desviaciones entrañan que la presión tributaria estatal subirá un punto más de lo que señalaban los presupuestos, alcanzando el 19,22% del PIB. El Gobierno partía de una previsión de elevar 0,38 puntos la presión fiscal (impuestos directos e indirectos) y 0,92 en la presión tributaria (contando también tasas, tributos parafiscales, ingresos por prestación de servicios y los procedentes de venta de bienes). No obstante, Hacienda matizó que, en términos homogeneos (tras ajustar una serie de partidas del IVA y de impuestos antes recaudados por administraciones periferias), los respectivos aumentos serían de 0,15 y 0,68 puntos del PIB.

Por segundo año

La desviación al alza de los ingresos se produce por segundo año consecutivo, si bien en 1986 la mayor recaudación -derivada principalmente de los impuestos sobre las gasolinas- cubrió el desfase que se arrastraba desde hace años. Impuestos y cotizaciones sociales aumentaron 1,6 puntos sobre el PIB, pasando desde el 25,1% a 26,6%.El informe gubernamental atribuye los excesos en la recaudación a tres causas principales: los cambios de calendario fiscal, las subidas de las retenciones y de los fraccionamientos de pagos a profesionales, y a la menor devolución de IVA a las grandes empresas. En estas devoluciones algunos expertos dijeron ver el año pasado una forma de encubrir por parte de Hacienda la potencia recaudatoria del nuevo tributo, que lleva camino de lograr este año una recaudación total de dos billones de pesetas, al igual que el impuesto sobre la renta de las personas físicas.

Si se confirman estas nuevas previsiones sobre recaudación de Hacienda, los ingresos estatales crecerán este año con respecto a los presupuestados para 1986 en torno al 25%, porcentaje que duplica al presupuestado.

Argumentos y gastos

De hecho, ya en los seis primeros meses del año -del séptimo y octavo no se ha facilitado todavía información, pese a que Hacienda tiene los datos de julio desde mediados de agosto y dispone ya de un avance del pasado mes- los ingresos del Estado crecieron un 26,2%. En un impuesto como el IRPF, que sólo tenía presupuestado un aumento del 9,1% debido a las primeras bajadas de la tarifa, las retenciones a cuenta habían aumentado más del 20%.Fuentes del Ministerio de Economía y Hacienda insisten en la versión de que estos incrementos no suponen un aumento de la presión fiscal individual; los atribuyen a su mejor gestión, a la lucha contra el fraude y a la mejora de la economía, que al crear más empleo y generar mayor riqueza permite elevar la recaudación. Pero los muy escasos datos publicados sobre la recaudación fiscal no permiten analizar si aumenta o no la presión fiscal individual de la mayoría de los contribuyentes.

En cuanto a los gastos, las mayores desviaciones al alza registradas respecto a los 7,8 billones de pesetas presupuestados para el presente año de 1987 se centran en las transferencias corrientes (dinero destinado a las empresas públicas, comunidades autónomas y corporaciones locales, desempleo, etcétera), que totalizarán 4,2 billones de pesetas, en vez de los 3,8 billones que habían sido inicialmente presupuestados.

Junto a esta desviación, del 9%, también las compras de bienes y servicios parece que aumentarán un 8,2% sobre las cifras previstas en un principio, en tanto que los gastos destinados a personal apenas rebasarán un 4,5% los presupuestos iniciales y las inversiones públicas se realizarán en menor medida que la presupuestada, (el 1,2% menos las inversiones reales y el 0,8% menos las transferencias de capital).