Estoy harta del 92
Estoy harta del 92. Estoy harta de las olimpiadas, del gran reto de España, frente a Europa y el mundo, de las altas tecnologías, del progreso. Quiero tener derecho a disfrutar de 1988, 1989, 1990 y 1991. Y quiero que España se desarrolle simplemente para. encontrarme más a gusto en ella, más cerca del mundo.Pero no, aquí lo único importante parece ser llegar a 1992 con dignidad. Nadie se pregunta qué se hace entre tanto, ni tampoco que pasará después.
Las olimpiadas son la octava maravilla, el Descubrimiento la novena, nuevas formas de exaltación nacional (europeísta), nuevas adormideras, nuevos mitos (le plástico sobre altares de dinero presididos por la diosa publicidad para extasiarnos a nosotros, pobres españolitos de a pie, espectadores atónitos de la llegada de una nueva era. Pero, mientras tanto, desarrolle su empresa al máximo para que quede bonita en 1992, mejore su ciudad para que resplandezca en 1992, bombardean con eslóganes (frases publicitarias, antaño) extraordinarios para concienciarnos de lo ultrasensorial, de lo maravilloso de 1992; háganles que ya cinco años antes odien 1992.-
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