El declive del imperio americano
Los primeros resultados de los Mundiales de Roma muestran la crisis histórica que vive el atletismo estadounidense. Aunque la cosecha de medallas en las pruebas celebradas sólo es ligeramente inferior a la cita de Helsinki -nueve en la capital finlandesa contra siete en Roma-, los especialistas norteamericanos asisten alarmados al declive de su imperio. Los mejores rendimientos corresponden a los atletas veteranos -Moses, Lewis, Foster, Calvin Smith-, algunos de los cuales comienzan el ocaso de su carrera. El semillero universitario sólo ha ofrecido dos revelaciones: Jackie Joyner y Butch Reynolds.Los estadounidenses poseen siete de los 22 records mundiales de atletismo. La cifra tiene algo de engañosa. Las plusmarcas 400 metros, salto de longitud y 4X400 datan de 1968; el récord de 110 metros vallas fue establecido por Reinaldo Nehernih en 1981, antes de ser contratado por los 49ers de San Francisco, un equipo profesional de fútbol americano; el registro de 4 x 100 se debió principalmente a la portentosa actuación de Calvin Smith y Carl Lewis en la final olímpica. Con estos datos, unicamente resta como récord individual y reciente el de Willie Banks en triple salto. En esta prueba, el búlgaro Markov ganó en Roma y estuvo a punto de destronar al saltador californiano. En mujeres, Ashford mantiene la plusmarca de 100 metros y Jackie Soyner posee la de heptalon, además de compartir el de salto de longitud.
Reducto universitario
Las dificultades del atletismo norteamericano obedecen a varias razones. La profesionalización del atletismo ha encontrado un mejor caldo de cultivo a este lado del Atlántico. En Estados Unidos, la actividad comienza reducirse al ámbito universitario, lejos de la atención de los medios de información. Los atletas están expuestos al asalto de los grandes deportes profesionales, el fútbol americano y el beisbol, cuyos dólares arrastran a buena parte de las grandes esperanzas del atletismo: Bo Jackson, Willie Gault, Rod Woodson o Ron Brown. Mientras tanto, las grandes casas deportivas no utilizan como reclamos publicitarios a los estadounidenses, en beneficio de los europeos.
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