Mil millones de pesetas para el área de ficción de TVE
Su responsable, González Egido, quiere dar prioridad a productos populares y de entretenimiento
El área de ficción de programas de TVE dispone de 1.000 millones de pesetas durante este año para la producción de telenovelas, comedias y otros espacios de producción propia, el doble que el año pasado. El nuevo responsable de estos programas, Luciano González Egido, quiere dar prioridad a programas que sean más populares y que estén más cerca de la novela que del teatro; es decir, invertir la tendencia de TVE en los últimos años, que primó a los programas dramáticos. Egido piensa producir folletines del siglo pasado, una biografía de Pedro I el Cruel, una serie sobre tres taxistas madrileñas, cuentos, alguna comedia de situación, un serial sobre las culturas rural y urbana, monólogos y hasta una miniserie sobre la piel humana. Mil millones de pesetas le parecen poca cosa al jefe de esta área de programas, que tomó posesión del cargo en enero de este año. "Yo tengo este año 1.000 millones. No es nada. Con éstos puedo hacer como cuatro o cinco seriales en 13 episodios de una hora. Un programa de este tipo suele costar entre 150 y 200 millones de pesetas. Y eso que con Pilar Miró se ha doblado el presupuesto".
González Egido pasó los primeros días del cargo revisando los proyectos que le había dejado el equipo anterior, sobre todo porque antes los llamados dramáticos eran género hegemónico de la ficción propia. Asegura que otros proyectos continúan a costa de haber introducido muchos retoques en los guiones, como es el caso de la serie El olivar de Atocha, 26 episodios de una hora, grabados en vídeo, con guiones de Lola Salvador y dirección de Carlos Serrano, que comenzó a rodarse el pasado 17 de agosto.
"Lo primero que hice fue quitar cosas que no me gustaban, como, por ejemplo, un serial titulado Largo retorno, a punto de rodaje, y otras muchas más. En segundo lugar, he trabajado en seleccionar proyectos. No aceptamos ningún proyecto tal como llega. No tengo ninguna predilección en cuanto a géneros o temas. Sólo aceptamos lo que tenga calidad y lo que corresponda a lo que yo pienso que debe ser la televisión. Antes se hacía una televisión más teatral, y yo quiero más ficción en el sentido de más novelas y más teleseries. Así, la televisión tiene unas exigencias de diálogo, y el teatro no puede ser trasplantado sin más, porque es más literario, más escénico o como se quiera, mientras que en la televisión los diálogos tienen que ser más coloquiales y menos enfáticos".
La lección del neorrealismo
"Quiero hacer cosas de tipo popular y también cosas selectas, tipo ensayo. En lo demás no tengo preferencias. Podemos producir obras de terror, de policías, de realismo, folletines; en fin, todos los géneros con tal de que tengan calidad. Pienso", prosigue González Egido, "que tenemos que intentar ser originales y competir con nuestras propias armas frente a la competencia de los seriales americanos y de otros países, como Los Colby o Falcon Crest, terreno en el que no podemos competir porque nos ganan siempre. Pienso que debemos abordar temas y problemas nuestros. Tenemos que alcanzar la universalidad, pero a través de la singularidad de lo local, de lo nuestro. Es la vieja lección del neorrealismo italiano, porque nadie puede competir con nosotros en nuestro propio terreno porque lo conocemos mejor que nadie".
Figuran entre los proyectos que prepara el área de ficción la adaptación de la novela El mundo de Juan Lobón, de Luis Berenguer, que dirigirá Enrique Brasó, en cinco episodios de una hora, con guión de Jesús Martínez León. "Narra el conflicto de un hombre que quiere ser libre y no estar sometido a nadie, en el contexto de la posguerra". Comenzará a rodarse en cine en septiembre.
Arriba los corazones es una comedia de 13 episodios de una hora, con guión de Joaquín Oristrell. La dirigirá Alfonso Ungría. La acción se desarrolla en tomo a la vida "medio bohemia, medio nocturna, de Madrid". Su protagonista es "un cómico divorciado, con dos hijos, un poco ácido, escéptico, duro, que presenta chistes en televisión y que trabaja de madrugada en un club elegante".
Para Elisa es una especie de comedia sentimental y social de un ejecutivo de televisión, con la electrónica y la publicidad como telón de fondo. Constará de 13 episodios de una hora, con guión de Eduardo Mallorquí.
Un personaje contradictorio
González Egido se muestra orgulloso de haber recuperado un antiguo proyecto que llevaba años en los despachos y que nadie pudo poner en marcha debido a su elevado coste. "Es una biografía de Pedro I de Castilla, el Cruel, al que otros llaman el justiciero, porque era un hombre contradictorio. Queremos, como experiencia y para su abaratamiento, rodarla en vídeo, y el modelo ideal sería Yo, Claudio. Pedro el Cruel es un personaje apasionante del siglo XIV, contradictorio, como le gusta a la gente. Tenía una vida erótica fantástica; tenía una amante, doña María de Padilla, que debía de ser una señora estupenda; admiraba la cultura árabe, pero era cristiano; se rodeó de judíos frente a los nobles; prohibió el trabajo de los niños, etcétera. La serie está escrita por Graciela Sáenz de Heredia. Yo quiero que María de Padilla sea una actriz joven, guapa y desconocida. Supongo que debía de ser sexualmente impactante. No me importa que los demás personajes tengan cara medieval, pero me gustaría que esta chica tuviera cara del siglo XXI y que se comprendiera que el rey tenía que hacer el amor con ella porque no había más remedio. La dirigirá Francisco Abad, y le he dicho que cuide mucho las escenas de amor. Supongo que en la Edad Media hacían el amor como ahora, pero hay situaciones muy atractivas, como aquella en la que el rey se despoja de las vestiduras cristianas para vestirse de árabe y hacer el amor". Otra preocupación del nuevo equipo es poner en marcha las llamadas comedias de situación, del estilo de La hora de Bill Cosby, en vídeo, que se desarrollan en un mismo escenario, con los mismos actores y decorados. Televisión Española está en conversaciones con Alonso de Santos para que escriba un serial de este tipo.
Entre los proyectos que "están verdes" figuran la adaptación de la novela Pájaro en una tormenta, de Isaac Montero, en ocho episodios de una hora. "Su historia me apasiona", comenta González Egido. "Narra la vida de un policía durante la dictadura y durante la democracia. Andreu Martí, Eugenio Martín y Manuel López Yubero son los autores de los guiones. Antonio Jiménez Rico será el director. La segunda parte de La huella del crimen, de Pedro Costa, está igualmente en fase de estudio. Constará, si se da el visto bueno, de cinco episodios sobre otros tantos crímenes: el expreso de Andalucía, los amantes de Tetuán, las estanqueras de Sevilla, el crimen de Perpiñán y el crimen de Don Benito. Los guiones serán reducidos de 90 a 60 minutos.
Cortísimos será la versión española de un nuevo género británico de programas que constará de piezas breves, relatos de cuatro minutos que podrían emitirse casi a modo de continuidad. Su coste rondará los 1,8 millones de pesetas; 700.000, en concepto de gastos ajenos, y 1,1 millones en gastos propios de TVE. José Manuel Escudero es el autor de los primeros guiones ya grabados en plan experimental.
Monólogos y piel
Por último, se preparan dos series de monólogos: una sobre grandes autores y textos y otra sobre la piel humana. Ambos espectáculos se apoyarán, explica González Egido, "en la fuerza histriónica del actor, en sus gestos, en sus movimientos, en su cuerpo, en sus silencios, en sus desplantes, en su intimidad, en su rostro. Queremos que sea un recital de actores capaces de mantener la atención con sus propios recursos expresivos, más que con los textos o argumentos. Los textos no tienen por qué ser teatrales. Puede ser, por ejemplo, un cuento de Borges en primera persona que pueda adaptarse en media hora. Pienso en actores cerebrales, intelectuales. Quisiera contar con realizadores de la casa como Antonio Drove, Ramón Gómez Redondo, José Antonio Páramo, Jaime Chávarri, etcétera".
"Tengo también otro proyecto, que está todavía muy verde y que es muy dificil, sobre la piel humana como frontera entre el cuerpo y la biografía. La piel; es decir, las arrugas, las cicatrices, el vello, la grasa, el cuerpo humano desnudo como expresión de una historia, de una situación, y también sobre esa segunda piel que es el traje. Sería un programa muy minoritario, muy de grandes planos: las cejas, una cicatriz en el vientre, los dedos quemados de nicotina, un brazo acribillado a pinchazos; que la fuerza de la imagen venga del desnudo sin jugar a pornografía. Por ejemplo, un cardenal que se desnuda: debajo de ese vestuario renacentista, de esa pompa, hay un pobre viejo lleno de arrugas y de celulitis. Todos los guionistas se asustan. Es difícil mantener el programa, pongo otro ejemplo, sobre el cuerpo de una actriz de cine porno que envejece y que la van a echar, o sobre una modelo de pintor torturada en Argentina. Ya sé que es dificil, minoritario y loco, pero me gustaría hacerlo. El torero, el futbolista, la modelo publicitaria que ya no puede anunciar perfumes y que tiene que anunciar lavadoras. Ya sé que todo esto no son más que proyectos y a lo mejor salen problemas por todas partes, porque empezarán a decir que no puede ser, que una chica desnuda, que nos echan, que nos corren a gorrazos, que no hay dinero, que la actriz no quiere ponerse desnuda. Yo creo, sin embargo, que hay muchas posibilidades".
"Y el proyecto más reciente", concluye el subdirector de programas de ficción, "más caliente, es una biografila de Rosalía de Castro, sobre un guión de María Manuela Reina, que cuenta la vida de una mujer en vías de liberación, su mundo poético y la huella del paisaje gallego".
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