Un abonado a un número de lotería que resultó premiado no había recogido los décimos

Vicente Pla Martí, de 22 años, cuyo padre se considera agraciado con ocho millones de pesetas en el último sorteo de la lotería, y Vicente Artés Campos, de 25 años, novio de una dependienta de la administración de lotería que vendió el número, se enzarzaron ayer en una pelea que acabó con los dos protagonistas en la Casa de Socorro de Valencia y con denuncias cruzadas en los tribunales. Vicente Pla Talens, de 48 años, olvidó retirar las 2.000 pesetas del número 23.305, al que le correspondió el segundo premio en el sorteo del sábado pasado, y que tiene reservado desde hace dos años.

"Otras veces había olvidado recoger los décimos, pero siempre los guardaban y los pagaba la semana siguiente, manifestó Pla. Según los propietarios de la administración, el número fue vendido porque el cliente no lo recogió, "y en verano si no se sacan a la venta los boletos que los abonados olvidan se perdería mucho dinero". Reyes Ferrán de Iranzo, de 24 años, dependienta de la administración La Reina, ubicada en la plaza de Zaragoza de Valencia, señaló que Vicente Pla Martí, su padre y un amigo se presentaron a media mañana de ayer y le exigieron los habituales cuatro décimos de 500 pesetas del número ahora premiado.

Pla Martí pronunció "todos los insultos que se le iban ocurriendo y dio un fuerte golpe en los cristales blindados", explicó la dependienta a este periódico.

Puñetazo en la ceja

El novio de Reyes, Vicente Artés, salió de la trastienda y, según dijo, recibió un fuerte puñetazo en la ceja que le propinó Pla Martí . Este, sin embargo, dijo que fue insultado por la dependienta y que Artés le pegó primero. Tras una pelea, fueron atendidos médicamente. La policía levantó un atestado que fue entregado en los juzgados de distrito. Paralelamente, Pla Talens, que es propietario de una tienda de ultramarinos, presentó una denuncia ante el Juzgado de Guardia por la supuesta apropiación indebida de sus décimos. Pla Talens se enteró de que su número estaba premiado al escuchar la radio el sábado. Inmediatamente se dirigió a la administración de lotería, pero ya estaba cerrada. La regente de la administración, María de Iranzo, señaló que el abono no crea derecho alguno ya que se trata sólo de una "gentileza" con el cliente.